“Nadie en el Tercio sabía, quien era aquel legionario, tan audaz y temerario que
a la Legión se alistó…”, como ha sido siempre, el ‘Novio de la Muerte’. Tradicional, sencilla y que llega directo al corazón. La canción más esperada por todos los que se agolpan a esperar los desfiles de las damas y caballeros legionarios tanto en Ceuta como en todos los puntos de España. También se ha podido escuchar
en el Sábado Legionario que se ha celebrado en el acuartelamiento
García Aldave con todos los honores. Sus intérpretes,
los legionarios. Con sus voces rotas que han hecho aflorar las emociones de todos los allí presentes. El patio central del acuartelamiento, su escenario. No hay mejor espacio para poder escuchar estos sones que el lugar donde se cuece y forja el espíritu legionario.
Su letra recoge
la historia de un suceso real que tuvo lugar el 7 de enero de 1971 en Beni Hassán. En el transcurso de una acción militar durante la Guerra del Rif, falleció como consecuencia de heridas de guerra el cabo de la primera bandera de La Legión Baltasar Queija de la Vega. En su bolsillo se encontraron al parecer unos versos que acababa de escribir, emocionado por la reciente muerte de su novia. Poco antes había expresado a sus compañeros el deseo de reunirse prontamente con ella en la otra vida. Este relato fue recogido por el fundador de la Legión española, Millán Astray, en su libro ‘La Legión... Al Tercio’. Sin embargo y dado lo novelesco del suceso y la falta de datos sobre la actividad poética de Baltasar Queija de la Vega, algunos historiadores la han calificado como leyenda. Ya sea realidad o leyenda, esta se trata de una letra que siempre emociona a propios y extraños que esperan ansiosos a que la Banda de Guerra comience a entonar esos sones para poder acompañar a las damas y caballeros legionarios en esta copla.