Son niños. Niños engañados. Niños que ahora se encuentran en Ceuta y a los que sus familiares reclaman. España se enfrenta al problema de tener que buscar una salida lo más humanitariamente posible que pasa, sobre todo,
por encontrar a sus padres que los están reclamando. Y mientras, se aprecian imágenes grabadas en vídeo o solo en fotos de legionarios que animan a estos pequeños para, simplemente, hacerles pasar un rato alejado de la desgracia que se está viviendo. Es lo que se aprecia en el vídeo en el que soldados de
la Legión les enseñan a los menores a corear cómo se dice ese nombre ‘Legión’. Una vez que consiguen decirlo, todo son aplausos y risas. Es un gesto que va más allá porque simboliza la capacidad, el intento de entretener a quienes, entre otras cosas, tienen miedo porque no están con sus padres ni están en sus casas. Los menores, más de 700, están ahora repartidos entre la nave del Tarajal (que se va a ampliar a más) y el
centro de Piniers que fue reabierto en la noche de este miércoles y a donde se trasladaron 250 niños. Se están extremando los controles y atenciones a estos niños, incluso el Ministerio Fiscal ha girado visita a la zona para constatar que se encuentran en buenas condiciones y garantizar que están recibiendo la mejor atención posible en unos momentos de absoluto descontrol. Y entre esa alocada situación asoman esas imágenes de quienes son personas. De quienes son hombres y mujeres, entregados a la Legión, a los que les ha tocado activarse para un drama humanitario y una situación complicada. Y que no han hallado mejor salida que la de entretener a estos pequeños como si fueran sus propios hijos. Porque
estos niños ahora mismo son las víctimas de esta grave crisis entre España y Marruecos.