Todo ha ido como sobre ruedas desde que se empezó a insinuar que Crimea no seguiría los pasos de Ucrania. Se consideraba desligada y apuntando hacia el "cariño" de Rusia dado que en la península estaban asentadas un buen número de Bases de las Fuerzas Aéreas y Navales rusas.
Una aproximación hacia Europa se consideraba peligrosa y buscaron la fórmula adecuada para que eso no llegara a ocurrir. La decisión fue un paseo militar de una fuerte agrupación militar, bien dotada de material y prendas de abrigo para soportar las inclemencias del tiempo en aquella zona que era bien conocida por los estrategas y tácticos rusos. No lo pasaron mal esas fuerzas y sin contratiempos dignos de mención se plantaron en las puertas de las instalaciones existentes en Crimea.
Que eso haya ocurrido así proporciona la posibilidad de pensar que esa operación militar estaba más que calculada y adecuadamente preparada. Es evidente que Rusia entiende que las Fuerzas Armadas han de estar preparadas permanentemente para lograr alcanzar, en el menor tiempo posible, unos objetivos determinados.
Esto lo piensan también otros países de nuestro entorno aunque de forma mucho más teórica y reduciendo, cada vez más, las dotaciones económicas para sus Fuerzas Armadas. Tal vez se piense que el peligro que pueda existir es más teórico que real, así que con encontrar soluciones de orden teórico, está resuelta la cuestión. Lo ocurrido con Crimea es una demostración de que quizás se esté por debajo de los fórmulas razonables de seguridad.
Es cierto que hemos visto al Secretario de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica en sucesivas conversaciones formales con el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, precisamente para tratar del asunto de Crimea y de Ucrania que es el que ahora parece estar en primer plano de actualidad. Algo puede ser que se ha podido conseguir para frenar las ansias rusas con relación a Europa oriental, pero extrañaba ver - en las fotografías de esas reuniones - el aspecto tranquilo del ruso en contraposición al serio y hasta preocupado del norteamericano; parecía que la partida la iba ganando aquél y eso es para que tengamos motivo de preocupación. Para fecha próxima está anunciada otra consulta a la población ucraniana a la que se debe poner atención.
A poco que se entienda de los intereses y obligaciones de los Estados y de las relaciones de ellos entre sí, hay que convenir que la situación general demanda una serie de acciones que contribuyan al mantenimiento de la estabilidad de las relaciones entre las diversas naciones y se procure establecer las condiciones para que la paz mundial no se vea alterada.
Se ha indicado, en una Conferencia ofrecida por el Sr. Aznar - ex Presidente del Gobierno de España - que es necesario ampliar al Sur el Tratado del Atlántico Norte para contar con las naciones de América del Sur y también las africanas atlánticas.
No parece fácil la cuestión, pero sí necesaria. El esfuerzo a realizar sería mayúsculo, pero necesario, en todos los órdenes. ¿Estamos preparados para ello?
Así de fácil, lo hemos visto, ha sido para los rusos el plan de Crimea, aunque pueda tener algunas consecuencias malas para ellos por parte de algunas sanciones que se están estudiando; pero hay que tener cuidado con esas cosas que resultan fáciles de conseguir, porque pueden desatar otras apetencias o establecer un grado de tirantez mucho mayor entre unas y otras naciones. El ejemplo de lo fácil no es lo más aconsejable, aunque a primera vista llame la atención por su simplicidad.