Javier Martín, cada vez más valorado en los círculos artísticos internacionales, se introduce en el mercado asiático con una muestra en la ciudad china Apenas tiene 27 años y lleva meses encaramado a la cima del éxito. Ahí, en la cresta de la ola, está el joven artista ceutí Javier Martín. Ayer se abrió al público su último logro: una muestra en solitario en la Pantocrátor Gallery de Shangai. Hasta ahí ha llevado sus últimos trabajos. “Es uno de los centros de vanguardia más importantes y visitados de China: el centro M50 de Shangai, donde se concentra un gran número de galerías nacionales e internacionales”, puede leerse en la red al respecto del lugar hasta donde Martín ha llevado su arte.
El artista caballa, autodidacta desde los siete años, ha estado presente a lo largo de este 2012 en diferentes ferias europeas y esta incursión en el mercado asiático, determinante en medio de la crisis económica y con mucho porvenir, supone para él un salto casi de gigante. Tal y como él mismo explicó en una entrevista a principios de año con este medio, su trabajo combina técnicas tradicionales con nuevas tecnologías utilizando todo tipo de materiales, desde objetos vintage o de uso cotidiano hasta luminarias de última generación.
Eso sí, si por algo se caracterizan las colecciones de Martín es porque siempre trata de imprimir un carácter reivindicativo a cada una de ellas. Mandar un mensaje que llegue al visitante, que le haga reflexionar e incluso que le conduzca a variar ciertas conductas en favor de un mundo más amable. Así, temáticas como la sobreexplotación de los recursos naturales, las dos caras de la inducstria de la moda o la apariencia del individuo en este sistema globalizado son, entre otros, algunas realidades que el artista toma a modo de estímulos para, a partir de ellos, desarrollar a base de trabajo y originalidad su proceso creativo.
Esa crítica que siempre le acompaña conduce y da la mano al desarrollo de su carrera creativa. Una evolución que las páginas especializadas ven así: “Del carácter bidimensional de sus primeras obras evoluciona hacia una clara conquista del especio tridimensional, siendo la instalación o la escultura sus nuevos soportes artísticos. De esta manera genera en sus exposiciones todo un universos de formas y texturas realistas y reconocibles, desde lienzos, esculturas, collages... hasta sutiles instalaciones cromáticas regeneradas por luz”.
París, Miami, Berlín o Chicago ya han tenido el privilegio de contemplar las muestras de este joven caballa cuya progresión parece imparable. Una lista a la que ahora se une Shangai confirmando a Javier Martín como unas de las principales apuestas en el arte de vanguardia.