El Teatro Auditorio Revellín de Ceuta ha recibido esta tarde la visita del espectáculo La Finitud, protagonizado por la bailaora Sara Calero, quien pretende a través de la danza transmitir relatos llenos de originalidad, inteligencia y creatividad.
Acompañada de tres músicos excepcionales, Calero ha plasmado sobre las tablas del Revellín el aspecto más determinante de la existencia humana.
Al cante estaba Sergio El Colorao, a la guitarra Javier Conde y como bajista, Juanfe Pérez.
Mucho arte
Mucho arte y mucha profesionalidad es de lo que se han nutrido los ceutíes esta tarde con el espectáculo La Finitud.
Quienes no han asistido a esta cita han dejado escapar un auténtico máster de espectacularidad sobre el escenario.
No era solo música y tampoco era solo baile. Sara Calero ha transmitido a través de la danza el objetivo principal de su espectáculo: la conciencia que solo el ser humano tiene de su finitud.
Para ello no solo ha usado el tradicional traje de flamenca para taconear sin cese creando sonidos magistrales, la bailaora ha usado varios atuendos para contar la historia que pretendía.
Atuendos muy llamativos
Un vestido dorado con estampados que simulaba un cancán con sus movimientos ha dejado prendado al público, pero aun más las caracterizaciones que vendrían después.
Estos llamativos atuendos imitaban a aves que parecían haber salido de mundos oscuros, una máscara de cuervo con sombrero negro, entre los atuendos de los músicos.
Ella, Sara Calero, vestida de negro con un vestido con terminaciones en plumas y una máscara que parecía la imagen de un diablo salido de las tinieblas ha captado la atención de todos.
Calero ha dejado arte por los cuatro costaos sobre las tablas del Revellín. Su cuerpo parecía flotar y sus pies se movían a una velocidad difícil de detectar. Los brazos acompañaban y su figura se contorneaba en sintonía de manera que hacía que pareciera fácil.
Nadie indiferente ante ‘La Finitud’
Este espectáculo nació hace cuatro años fruto de la creatividad de Sara Calero. Esta artista pretende no dejar indiferente a nadie y este reto se ha cumplido en Ceuta. Los presentes se han sorprendido con la calidad de lo ofrecido y con la variedad y diversidad del espectáculo.
Bailar solamente con el acompañamiento de tres músicos puede parecer una tarea difícil para mantener durante los 80 minutos que está previsto que dure la puesta en escena la atención de todos, pero Calero lo pinta fácil.
Es imposible quitar los ojos sobre sus movimientos hipnóticos que a la vez crean sonidos que se fusionan con total asiduidad con el de los músicos y el cantaor que la acompaña.
Fuertes aplausos de reconocimiento
Los aplausos han retumbado en el Revellín a pesar de que no ha asistido todo el público que se habría esperado.
Se nota que Calero lleva el baile por dentro y cuando se sube al escenario fluye como si llevara toda una vida haciéndolo, como si hubiera nacido con un don particular.
Este espectáculo para todos los públicos era el plan perfecto de sábado tarde para disfrutar del arte de la danza en compañía del cante y la buena música porque, cuando todos estos elementos se fusionan de la mano de grandes artistas no puede quedar otra cosa que un arte innegable.
Relatos llenos de originalidad e inteligencia
Tal y como informan desde la organización, Sara Calero da un nuevo paso en su incesante investigación sobre la danza española y flamenca como lenguajes vivos al servicio de relatos llenos de originalidad, inteligencia y creatividad con ‘La Finitud’.
El ser humano es la única criatura con conciencia de su finitud. Esta condición convierte la muerte en un pacto con la vida y viceversa. Una conciencia de transitoriedad que determina facultades y emociones tales como el lenguaje, el pensamiento, la desdicha o la alegría.