Arte emergente y urbano de la mano del joven ceutí Mohamed Ehellaf

La música llamó a su puerta a los 14 años. Sus letras, tras un tiempo escondidas en la privacidad de su casa en Ceuta, comenzaron a darse a conocer a través de las redes sociales hace nueve meses.

Mohamed Ehellaf es parte del elenco de artistas emergentes de la ciudad que tratan de abrirse paso sin flotadores salvavidas que los saquen a la luz. Cuentan, en muchas ocasiones, solo con plataformas digitales, que les sirven de escaparate a su creatividad.

Amor, 'tiraeras' o traición componen la columna vertebral de sus canciones. Su público ha crecido en este tiempo y espera, en el futuro, dedicarse de lleno a su pasión. trap, drill o deep house son sus géneros predilectos y sus armas para comunicarse.

Tiene sello propio, Las 51 prod. Su proyecto en parte existe gracias a su amigo Mohamed, otro vecino de la ciudad que se dedica a la producción musical. Él, conocido como 'Dru', se encarga de crear las bases instrumentales. Las genera, sobre todo, a partir de las notas de su piano eléctrico.

Ambos comparten horas en un pequeño estudio del que han salido ya cinco canciones. La más reciente la publicó hace tan solo hace seis días, 'Promesas rotas'. Ehellaf considera que su voz es su arma. El proceso creativo es muy sencillo y nace para él de forma natural. Escucha las melodías que su compañero crea y, a raíz de ellas, se inspira.

Este artista emergente surge en el corazón del Príncipe. Considera que en su barrio hay muchos jóvenes con talento. “Se sientan conmigo todas las tardes a cantar. No puedo tirar de ellos porque no tengo los recursos para llevar a muchas personas conmigo, pero estoy ahí con ellos”, comenta.

"Son chavales que tienen la ilusión y que quieren entrar a este mundo, pero no pueden llegar lejos aún porque no tienen el remedio ni medios suficientes. Quiero tirar de ellos, de los que no pueden, pero que están ahí porque también he pasado por esos momentos. Empezar es lo más duro", confiesa. Rompió el silencio y decidió sacar a la luz sus canciones tras las palabras de aliento de un amigo. "Me dijo que tenía que soltar la música que estaba haciendo. Lo estuve pensando durante un par de años”, expresa.

Se encuentra inmerso en la composición de nuevas piezas y se plantea muchas iniciativas. "Tengo proyectos así de futuro pensado con otros estilos diferentes, pero se darán con el tiempo", señala. Próximamente hará una colaboración con un ceutí afincado en Alemania y otra con un chico que vive en Francia.

No es la primera vez que colabora con otros músicos. Ya lo ha hecho con otro joven de la ciudad, 'El bakkalii', y conoce a otros que están en una situación similar. Ronda entre ellos un espíritu de deportividad en el que no compiten. De hecho, se reúnen para darse consejos. "No hay muchos artistas en el sector. Somos unos cinco o siete. Cada uno con su estilo y su grupillo de fans", indica. “Somos de diferentes puntos de Ceuta. Literalmente. Mi amigo, por ejemplo, es de Hadú. Tengo otro que es de Rosales y otro en Recinto”, añade.

Lo único que Mohamed echa en falta es tener más respaldo por parte de la ciudadanía para continuar con sus creaciones. "Creo que no hay mucho apoyo. No digo que la gente no lo haga conmigo, porque hay personas que lo hacen y que me escuchan. Ceuta podría llegar a más. Si los caballas quisieran, podríamos aspirar a más si se unieran", estima.

Mohamed crea rodeado del sonido de su música en casa. El joven sueña, mientras compone, en dar un concierto algún día.