Anunció ya el mismo presidente de la Ciudad Autónoma que las obras en la antigua estación de ferrocarril estaban a punto de reiniciarse. Todo ello, después de que la empresa Dragados hubiera aceptado las distintas soluciones adoptadas a los tres expedientes que mantenía con la Ciudad por problemas económicos.
A comienzos del pasado mes de agosto, la consejera de Economía, Hacienda y Administración Público firmó un decreto por el que se le daba un mes a la empresa Dragados para que se reanudaran estos trabajos. Debemos tener en cuenta, por un lado, que según anunció ayer el mismo presidente de la Ciudad Autónoma, el arquitecto director de las obras de se encuentra en estos momentos redactando el plan que se deberá
seguir hasta la finalización de los mismos. La gran diferencia económica que existía que era los posibles daños y perjuicios por el tiempo en que habían permanecido paradas las obras, que según Dragados se cifra en unos seiscientos mil euros, está pendiente de una resolución por parte del Consejo de Estado, como máximo órgano consultivo de la administración.
¿Y ese plan de obra no debería estar preparado ya, cuando se decía hace meses que la reanudación de las obras serían inminentes? En esta ciudad sobran muchos ineptos.