Lo acontecido en Barbate a lo largo del fin de semana, debe resultar un punto de inflexión en la lucha contra el narcotráfico en la zona. Se requieren soluciones urgentes y pragmáticas, sin olvidar a los familiares y amigos de los Guardias Civiles fallecidos en ese combate desigual.
Lágrimas de pena, pero cargadas de ira incontenida. El ministro Grande Marlaska, puede acreditar ese sentimiento. La viuda de nuestro ejemplar miembro de la Benemérita, expresó la repulsa al comportamiento de un Gobierno ante un crimen injustificable.
El video endemoniado, mostró a la luz pública la indefensión de unos servidores públicos, mal pertrechados para enfrentarse a la delincuencia más siniestra y chantajista.
Esa narcolancha, se recreó en nuestro dolor.
Aún no repuestos de la debacle anímica, nuestros gobernantes no pueden permitirse permanecer ajenos a las soluciones de emergencia.
El potencial de nuestra Armada, debe resultar ofrecido a la Guardia Civil, para activar una respuesta temprana y disuasoria.
"El potencial de nuestra Armada, debe resultar ofrecido a la Guardia Civil, para activar una respuesta temprana y disuasoria"
Contamos con Unidades de Infantería de Marina (FGNE), buques y helicópteros artillados, para hacer frente al desafío de unos delincuentes que no han sentido el menor reparo en declarar la guerra a nuestra seguridad nacional.
El uso de unas reglas de enfrentamiento actualizadas, para los miembros de los CYFSE del Estado parece urgente, aunque algunos miembros del Ejecutivo, puedan mostrar públicamente sus complejos.
De igual manera en la que se activó la "Operación Atalanta" para hacer frente a los Piratas del Indico, ahora apremia activar todos los resortes de nuestra Defensa, antes de que se produzcan daños de mayor calado.
Un Gobierno que permite a una Doctora acceder al Ministerio de Hacienda y a dos miembros de la Judicatura para las carteras de Defensa e Interior, debe abandonar los prejuicios adoptando decisiones pragmáticas dentro del Estado de Derecho.
Basta ya de observar a nuestros servidores públicos indefensos ante la barbarie de unos delincuentes sin escrúpulos.