La
autoridad judicial ha dictado el archivo de la causa abierta por un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros seguida contra un
marroquí que fue detenido por la Guardia Civil de Ceuta
el pasado jueves cuando entraba a nado ayudando a un menor egipcio.
Se ha considerado que no se cometió delito, sino que se trataba de dos inmigrantes que perseguían el mismo fin: cruzar a nado a Ceuta bordeando el
espigón. No existía lucro ni explotación, tampoco cobro por este traslado. Esa tarde noche la
Guardia Civil interceptó a casi una decena de inmigrantes, buena parte de ellos menores de edad. Los intentos de entrada se produjeron coincidiendo con el desarrollo de la cabalgata de Reyes.
En el caso de marras, el adulto marroquí portaba aletas y chaleco salvavidas y ejerció de ‘motor humano’ para guiar en el camino al adolescente, que dijo ser egipcio.
Esta técnica comenzó a darse en Ceuta a principios de 2000, cuando los subsaharianos no sabían nadar y eran guiados en el trayecto marítimo por magrebíes que cobraban por ello. Se les bautizó con la etiqueta de ‘motor humano’ porque en el fondo es lo que hacían, ejercer con su cuerpo como una especie de máquina para que los subsaharianos no se ahogaran.
Las elevadas condenas dictadas por la Audiencia en Ceuta sirvieron para que este modus operandi desapareciera durante un tiempo hasta su regreso años después.
En este caso en concreto se considera que concurre tan solo la existencia de dos inmigrantes que tenían como objetivo dejar atrás Marruecos por lo que no queda probada la comisión de un delito, así que la resolución adoptada pasa por el archivo.
Los menores que pudieron pasar a Ceuta quedan acogidos en Piniers hasta comprobar su filiación.