Lo sucedido en la barriada del Mixto con la tala indiscriminada de árboles supone una gota más en el vaso de los despropósitos que se cometen en materia medioambiental sin que nadie adopte, al menos, medidas correctivas para que estos desastres no vuelvan a producirse. Y así nos topamos con que, por quejas vecinales, se pide que se poden con tacto algunos árboles que terminan destrozados y dejan de ser cobijo para los pájaros. Se ve que esto indigna a unos pocos y preocupa bastante poco a los responsables, de lo contrario habrían impedido que de nuevo, hoy, tengamos que denunciar otro caso de prácticas indiscriminadas. Se llevan todo por delante. En el caso del Mixto, árboles que llevaban años en la barriada, y otros que servían de cobijo a las aves. Todavía muchos recuerdan lo ocurrido en la calle Cervantes y esos vídeos de pájaros revueltos que no tenían dónde anidar por una poda sin control de la que nadie, después, se hizo responsable.
La falta de tacto es brutal, tanto como la indignación de quienes asistimos al más absoluto descontrol sin que se le ponga remedio, viendo cómo se repiten las mismas tropelías. Se atienden las quejas por la envergadura de los árboles sin valorar la forma más efectiva y cuidadosa de actuar. Que la hay, pero para eso hay que supervisar lo que se hace, no actuar sin miramiento, de una forma salvaje como se ha hecho en muchísimas ocasiones alguno luego disfracen con ridículas motivaciones esos pasos.
Tenemos cuantiosos ejemplos de árboles talados bajo la excusa de que provocaban daños en infraestructuras cuando, en el fondo, más cuadra que quitaban vistas a algún influyente. U otros de árboles que fueron trasplantados a zonas en las que ni siquiera se valoró previamente que podrían salir adelante. ¿Saben lo que sucedió? Murieron.
Sé que esto puede importar a muy pocos, quizá porque en esa irracionalidad social cada vez más extendida ni tan siquiera se repara en las consecuencias que tienen para todos este tipo de actos.
Y lo más grave es la forma chulesca de reaccionar ante la denuncia ciudadana. ¿Saben lo que hacen? Nada. No se sienten responsables y ni tan siquiera ofrecen una mínima explicación de las cada vez más malas artes que anidan en medio ambiente.