Minutos después de conocerse la muerte del joven Munir tras recibir un disparo en el pecho que le alcanzó el corazón, las redes sociales se incendiaban con comentarios de compañeros, amigos o residentes del Príncipe que pedían justicia y clamaban por una presencia policial fija “que no tenemos”.
En la calle, las mismas sensaciones. Vecinos que tienen miedo por el salto cualitativo que se ha dado en los últimos meses en torno a estos episodios delincuenciales. “Aquí se han perdido las leyes, o te disparan o te da una bala perdida”, habla un joven mientras enumera los últimos vecinos heridos al verse atrapados en refriegas. Igual que le pasó a Munir. La Policía sospecha que los autores de los disparos iban a por otra persona y se equivocaron matando al joven.
En el Príncipe ya no valen excusas. La situación de rechazo se nota desde el primer momento. El barrio está cambiando y buena culpa de ello la tiene la degeneración de una situación quebrada. Los vecinos se sienten inseguros por esta cadena de disparos pero también abandonados. No hay Policía Nacional fija integrada en la propia barriada, los servicios de ambulancias tardan en llegar (en los dos últimos casos violentos han sido los vecinos los que trasladaron a los heridos en coches particulares) y no se ven resultados. “No nos sentimos protegidos”.
La situación que se está produciendo se considera “intolerable” entre un vecindario que lleva años siendo escenario de tiroteos de toda índole a los que ninguna administración ha puesto remedio, sin tan siquiera organizando operaciones policiales que, tras los meses, han tenido poca efectividad. Los vecinos piden presencia policial fija, permanente, que se patee las calles, integrada en el barrio como hace años estuvo. ¿Cambiaría esto la situación? Ellos creen que sí. “Esto se ha ido de las manos”, lamentan.
El presidente de la Asociación de Vecinos, Kamal Mohamed, ha condenado este tipo de actos criminales “que se lleva a inocentes” y urge a las autoridades a que actúen ya. "Que se dejen de tonterías, de decir que colaboremos, qué quieren que hagamos cuando vienen dos encapuchados a dispararte", denuncia Kamal. El presidente vecinal llama la atención a los responsables para que actúen y lo hagan con urgencia.
Hoy, habrá una junta directiva urgente en la que se decidirá el tipo de concentración que a modo de protesta va a llevar a cabo la barriada. Ya el lunes se reunirán con Jóvenes Caballas para sumarse a la propuesta de manifestación convocada por esta formación. “Ante ésto tenemos que ir todos juntos. Esta situación no solo afecta al Príncipe sino a toda Ceuta”.
En el seno de las fuerzas de seguridad el malestar es también patente. El secretario provincial del SUP, Jesús González Miaja, denunciaba a este medio la falta de medios y personal que afecta a la Policía.
Unidades como la Judicial carece de medios para investigar y faltan agentes ya que gradualmente la plantilla va quedando más mermada sin que salgan plazas ni tan siquiera justas para cubrir las bajas que se han producido. La llegada de otra UIP (ya hay dos en Ceuta) supone la justificación necesaria para garantizar una cobertura mínima en las zonas más problemáticas. “No hay excusas”, denuncian los vecinos. La orden de servicio que tiene la nueva unidad llegada a Ceuta es para apoyar el control ante posibles avalanchas, pero también se les ha utilizado para dar cobertura al Príncipe. Los vecinos reclaman que se les tenga en cuenta y estén visibles para evitar situaciones como las acontecidos. Disparos mortales a las doce de la noche, tiros a las tres de la tarde o pistoleros que se pasean por el barrio con armas preparadas para disparar sin tener miedo a nada.
Nada de lo que está sucediendo en el barrio es porque sí. Policialmente se sabe que de unos meses a esta parte algo se ha quebrado, han entrado armas pero además hay delincuentes asentados en la ciudad de los que se sospecha que puedan estar detrás de la autoría intelectual de estos hechos. El SUP pide medios, denuncia que se está trabajando con los mismos que hace veinte años, que deben trabajar al detalle para presentar pruebas suficientes ante el juez para garantizar el encarcelamiento de los detenidos. Es la pescadilla que se muerde la cola. Mientras hay muertos o víctimas inocentes, los detenidos amparados por la presunción de inocencia entran por una puerta y salen por otra. “Y a nosotros se nos pide colaboración”, lamentan los vecinos. “Esta vida no es la serie”.
Reacciones políticas
El Gobierno local
El portavoz, Emilio Carreira, señaló ayer que la violencia crónica que existe desde hace muchos años en el Príncipe "sólo se puede combatir con perseverancia". Pero también advirtió de que no solamente la puesta en prácticas de medidas coercitivas llevarán a la eliminación de la violencia, "sino que también se necesitan otro tipo de medidas de carácter social que este Ejecutivo ha puesto en práctica hasta el límite de sus posibilidades monetarias y dentro de ese conjunto de acciones se encuadra las gestiones para que por parte del Estado se realicen inversiones en la barriada”.
Caballas, más críticos
El principal partido en la oposición manifestó su preocupación e indignación por la violencia ya “cotidiana” en la ciudad y denunció que el Príncipe está “atemorizado, sumido en el desasosiego y paralizado por el miedo”. Denuncian la “frialdad y el desprecio” con la que son tratados estos asuntos por la Delegación.