Los demócratas ceutíes, tras la finalización de la guerra civil en 1939, tuvieron que padecer el silencio de sus ideales, la represión tras el golpe militar del 36 se cobró en Ceuta a 268 víctimas. El desenlace de la guerra civil abrió un periodo histórico difícil para la sociedad española, en general, y para los socialistas ceutíes, en particular. A pesar de ello, siguieron combatiendo en la clandestinidad o desde el exilio. Tendríamos que recordar al último presidente del PSOE en Ceuta antes de la Guerra Civil, Sebastián Ordóñez, este se mantuvo reunido en la Casa del Pueblo, de la calle Agustina de Aragón, hasta bien entrada la madrugada del 18 de julio de 1936, intentando organizar la defensa de la ciudad. Fue detenido llevado a la fortaleza del Monte Hacho y en la madrugada del 15 de agosto de 1936, fue sacado de la celda junto a cinco compañeros más y sus cuerpos aparecieron en el depósito de cadáveres del cementerio de Santa Catalina, en disparos en la cabeza.
Durante la larga noche de la dictadura pocas eran las reuniones, algunos se trasladaban a Marruecos, a las vecinas ciudades de Tetuán o Tánger y allí proyectaban el futuro de los demócratas ceutíes. Pero, desde el 20 de noviembre de 1975, pudieron expresar claramente su pensamiento, sin miedo a ser detenido.
Pensaron que debían hacer una gran asamblea, que marcara el final del silencio y así fue, el día 27 de enero de 1977, tras cuarenta años de clandestinidad, deciden y según los acontecimientos que se están sucediendo en la vida política nacional, celebrar su primera reunión pública. Fue el Restaurante “La Diagonal”, en la zona del Tarajal. Dos coches de policías a una cierta distancia, vigilaban las entradas y salidas al local, tomando nota de los que allí se reunían.
Como anécdota cada asistente tuvo que abonar trescientas cincuenta pesetas. El salón se ornamentó con pancartas y murales relativos a la democracia y la libertad. En la mesa presidencial entre otros, Fructuoso Miaja, Francisco Vallecillo, Pepe Escribano, Carlos Medina, Aurelio Puya o José Montes.
Unos meses después, el 15 de junio de 1977, los españoles participamos por primera vez en unas elecciones. Las primeras después de la muerte del dictador tuvieron un carácter espontáneo, que no ha vuelto a repetirse, y en buena medida fueron producto de la improvisación, como demuestra el hecho de que UCD, la coalición a la postre vencedora, se formara el 3 de mayo, veinte días antes de iniciarse la campaña electoral, con el acuerdo de 17 pequeños partidos.
Aunque también es cierto que los comicios eran la parte fundamental de una operación muy pensada de cambio de régimen que Suárez había puesto en marcha con absoluta determinación desde el momento mismo de su designación por el Rey como jefe de gobierno. Las Cortes elegidas en aquella primera oportunidad concedieron absoluta prioridad a la tarea de redactar una Constitución para España. En poco menos de dos años el régimen autoritario de Franco, en el que todo había quedado tan bien atado, fue transformado en una democracia, que ha ido poco a poco adquiriendo solidez y mayor profundidad. El trance más difícil de nuestra historia reciente era superado con un gran éxito de la democracia.
Desde aquel 15 de junio de 1977 la sociedad española formalizó públicamente por primera vez su promesa democrática. Lo que ha seguido es una apasionante historia compartida por todos los españoles. Dos años después llegaron las elecciones municipales de 1979, donde tuvimos al primer alcalde de la democracia Clemente Calvo Pecino 1979-1981 (Independiente), le continuó Ricardo Muñoz Rodríguez 1981-1983 (UCD), Francisco Fraiz Armada 1983-1985 (PSOE), Aurelio Puya Rivas 1985-1987 (PSPC), Fructuoso Miaja Sánchez 1987-1991 (PSOE), Francisco Fraiz Armada 1991-1994 (2ª vez) (PFC) y Basilio Fernández López 1994-1995 (PFC). En 1995, Ceuta tras tener un Estatuto de Autonomía se convierte en Ciudad Autónoma, los presidentes fueron Basilio Fernández López (1995-1996), (PFC), Jesús Cayetano Fortes Ramos (1996-1999) (PP), Antonio Sampietro, siguiéndole, Juan Jesús Viva Lara.
Paco Vallecillo Pecino, miembro de la UGT y afiliado a la JS de Ceuta desde 1932, siendo secretario general de la misma desde 1933 hasta finales de 1935 que se incorporó a filas para realizar el servicio militar. En 1976 participó en la reorganización del socialismo en Ceuta, siendo primero secretario de la Federación del PSOE en la ciudad y posteriormente secretario de Prensa e Información. En 1979 fue candidato del PSOE al Senado por Ceuta. Fue un flamencólogo y asesor cultural de la Junta de Andalucía, falleció el 13 de marzo de 1990, en el hospital de la Cruz Roja de Ceuta, a los 76, años. Vallecillo había sido trasladado, por mediación del Gobierno de la comunidad, en un helicóptero desde Sevilla hasta el hospital, en donde recibió la Medalla de Andalucía, concedida por el Consejo de Gobierno de la Junta. El presidente de la Junta, Rodríguez de la Borbolla, se trasladó a Ceuta para asistir al sepelio. Recordemos algunas de sus palabras como Secretario de Organización del PSOE ceutí en la asamblea del 27 de enero de 1977, con un clavel rojo en la solapa de su chaqueta:
“No quisiéramos terminar sin decir que la tarea que se abre entre nosotros no va a ser un camino de rosas precisamente. Que nadie piense que el restablecimiento ya inminente de las libertades en España es un festival en el que los socialistas vamos a tomar parte. Llevamos cuatro largas décadas de celebraciones triunfalistas y es precisamente ahora cuando nos toca luchar con dificultades ingentes, porque hemos de recomponer una herencia que nos llega desarbolada, tarada, llena de vicios y de defectos. Se nos va a poner delante de un país arruinado que a su vez ha de insertarse en un mundo trastocado y difícil. Nuestro partido -dijo- que es desde ya el primer partido español y que es el partido de la responsabilidad sentida por sus militantes, no es un partido de jolgorios que vaya a perder su tiempo en himnos triunfales ni en conmemoraciones tumultuosas”.
Paco Vallecillo, continuaba… “Contamos con el apoyo de setenta partidos hermanos, los setenta partidos que integran la Internacional Socialista, todos y cada uno de ellos al frente de gobiernos de importantes países. Representando a la oposición democrática otros, y esto es una garantía de nuestra eficacia porque va a ser servida, como acabamos de ver en el congreso, por la solidaridad de las fuerzas socialistas internacionales. Todo ello será poco y será suficiente si no nos entregamos al engrandecimiento de nuestro partido para que con el podamos engrandecer a una España libre y democrática sin deseos de revancha, sin desquites, sin odios, pero con la firme y la decidida convicción de que hemos de dar todos los pasos y tomar todas las medidas definitivas para que España no vuelva jamás a la oscuridad del fascismo. Compañeros: Socialismo es libertad. El Socialismo y la libertad son nuestras irrenunciables metas”, terminando con estas palabras este acto histórico para la memoria del PSOE ceutí.
Fructuoso Miaja Sánchez, fue senador por el PSOE por Ceuta y su primer alcalde democrático, falleció el 22 de octubre de 2009, a los 92 años. Sobrino del general republicano José Miaja, fue de siempre un hombre de izquierdas, por lo que su situación en Ceuta, donde nació en 1917, se complicó con el golpe de Estado del 36. Sabía que el tiempo no corría a su favor y que muchos de sus compañeros ya habían sido detenidos y, algunos, fusilados. Estuvo desde el inicio de la sublevación cambiando constantemente de lugar para no ser descubierto por las patrullas de falangistas que recorrían la ciudad. Tras varios intentos, se fijó el atardecer del 19 de diciembre de 1936 para salir por la bahía norte a bordo de una marrajera. La primera intención era marchar hacia la costa de Málaga. Pero el fuerte viento de Levante aconsejó que era más seguro ir hacia Tánger. A las pocas horas llegaron sin novedad, pese a tener durante la travesía a pocos metros un destructor sublevado, quien confundió el barco con un pesquero en plena faena. Cuando llegaron a la internacional Tánger, Fructuoso Miaja se dirigió a la legación española, donde recibían a los exiliados para proporcionarles ropa limpia, comida y documentación. A mediados de enero de 1937 partió en el buque correo que hacía la línea Tánger-Marsella y desde esta ciudad se trasladó a Barcelona, donde estuvo varios días, marchando con posterioridad hacia Madrid para contactar con su tío, el general Miaja. Estuvo luchando por la República en varios frentes como Aranjuez, Cuesta de la Reina, Séptima Brigada Mixta, Jarama y la zona del Tajo. Cuando la Guerra Civil daba sus últimos coletazos, se encontraba en el frente, y el final de la contienda le sorprendió en Alicante. Como otros muchos, en el puerto esperaba la llegada de un barco para salir hacia el exilio, pero fue apresado y conducido al campo de concentración de Albatera. Allí estuvo durante casi un año y después pasó al sanatorio de Portacoeli, en Valencia, y al reformatorio de adultos de Alicante, donde le fue concedida la prisión atenuada. Tenía 22 años. Volvió a Ceuta, fue juzgado y condenado a 12 años de prisión. Tras estar encarcelado 13 meses en la fortaleza del monte Hacho, fue trasladado en 1944 al penal del Puerto de Santa María. En 1950 quedó en libertad. Continuó su lucha clandestina con múltiples reuniones con militantes socialistas, hasta que, en enero de 1977, se celebró la primera reunión del PSOE ceutí y fue nombrado presidente de la agrupación. En 1987 fue nombrado alcalde, y con anterioridad, en las elecciones del 28 de octubre de 1982, senador.
En el discurso de presentación de la izquierda ceutí en la asamblea del 27 de enero de 1977, manifestó: “Estimados compañeros, Salud y Libertad. Nuestro prólogo de momento, es de dolor y de repulsa ante las criminales acciones contra personas y las libertades. Dirigidos por el fascismo internacional que repudian una España en paz y democracia. Nuestra esperanza se ha convertido esta noche en bella realidad, es algo que hace tiempo soñábamos. Estamos aquí sólo para ejercer un derecho ciudadano. Acabemos con el miedo, o el miedo acabara con la libertad. La noche de 40 años quedó atrás, vencida por la luz de la razón en esta histórica jornada que no es acto de fuerza, sino presencia civilizada y evolutiva, junto a las libertades de reunión y asociación, la libertad de expresión es una columna básica para el buen funcionamiento de la libertad. Sentíamos los socialistas, grandes deseos de salir de la siempre amarga y penosa clandestinidad a la luz y esa luz, se llama en estos instantes “Diagonal”. Saludemos con alegría esta primera reunión pública, de la familia socialista ceutí, después de 40 años de reprimidos ideales”.
Las primeras reuniones de los socialistas ceutíes, antes de la muerte de Franco se suceden entre la cafetería “Noray” de Miaja, la academia de Don Teófilo Escribano, donde su hijo Pepe pone a disposición sus aulas, la casa de Vallecillo en la zona de la playa Benítez, en el domicilio de Puga o en el comercio de Carlos Medina, cualquier lugar era bueno para comenzar, a organizarse, pero siempre vigilando que la policía no supiera de estas clandestinas reuniones. Tras la muerte de Franco tuvieron varias sedes, Marina Española, Independencia, La Legión (casa Guillén), calle García y la sede actual en Daoíz. La legalización del Partido Socialista se produce en febrero de 1977, pero un mes antes los socialistas ceutíes ya tienen su primera reunión de refundación del partido. La creación, junto con otros partidos democráticos, de una coordinadora común de oposición y negociación, obliga a abrir un proceso de reforma política que desemboca en las elecciones democráticas de 1977, en las que triunfa la UCD, mientras el PSOE se consolida como el primer partido de la oposición.
Tras las primeras elecciones, los partidos afrontan la tarea de elaborar una nueva Constitución. Esta nueva Carta Magna fue sometida a referéndum el 6 de diciembre de 1978. Un año después, la UCD volvió a ganar las elecciones, pero en esta ocasión por un estrecho margen. El PSOE quedó en segundo lugar con más de cinco millones de votos y 120 diputados. El aumento progresivo de los apoyos al partido Socialista hizo que en las elecciones municipales de ese mismo año ganara en 1.100 municipios, y pasara a gobernar muchas de las principales ciudades de España. Especial relevancia tiene el 28 Congreso Federal del PSOE, celebrado en mayo de 1979. En él se produce un tenso debate sobre la estrategia y la orientación ideológica marxista, que lleva a Felipe González a no presentar su candidatura como Secretario General, formándose una comisión gestora con el mandato de preparar un Congreso Extraordinario que se celebraría poco después.
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