Está famosa frase se usa con frecuencia en el contexto político-social. Pero ¿alguien la ha aplicado a lo que sucede en otros estamentos de nuestra sociedad?, ¿qué relación puede tener con el marcado e injustificable retraso en la reapertura de la Iglesia de San Francisco?, ¿se puede aplicar y analizar la frase en este contexto?. No es sólo una magnífica frase del gran estadista Napoleón Bonaparte, es una profunda reflexión acerca del pasado, presente y del futuro que nos condiciona y nos circunda. Necesitamos saber porqué las cosas están como están y qué ha pasado para que estemos como estamos.. Si no reflexionamos sobre lo que ha sido nuestro pasado, si no recordamos lo que hemos hecho, o lo que han hecho los demás, lo que prometieron y no han cumplido, nuestro presente y futuro estarán siempre hipotecados.
Así sucede a veces con algunos hechos, repetidamente reclamados por los feligreses de la Iglesia de San Francisco, su reapertura YA. Para ellos los responsables o portavoces de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, deberían dar públicamente, ahora y para siempre, una explicación plausible de dicho retraso, y sobre todo un compromiso irrevocable de apertura inmediata. Para esta coyuntura es primordial conocer la historia de las obras de San Francisco desde su comienzo, y responder a unas preguntas evidentes, porque si no la conocemos con profundidad, estaremos todos predeterminados a vivir día a día, año tras año, como lo hemos hecho desde siempre, con la promesa fácil y etérea de los labios pero con la verdad oculta en el corazón. Si conocemos las verdaderas respuestas, sabremos las circunstancias que nos han llevado a estar en ese estatus actual de apariencia irreversible e inexplicable, y de esa forma, entre todos, y en conjunto, poder mejorar el presenté, conociendo y conviviendo con los errores del pasado, nuestros o de los demás. Para eso debemos conocer las respuestas a algunas preguntas tan evidentes como lógicas. Cuando una persona física o jurídica firma un contrato de obras con una determinada empresa, el constructor se debe comprometer por escrito a un plazo de finalización coherente y factible pactado por ambas partes contractuales, con clausulas de penalización si no se cumple. Si esa obra se ha realizado con fondos públicos, el contenido de ese contrato también debería ser de dominio público. ¿Alguien conoce la naturaleza jurídica y contractual de ese documento?. Si es ambiguo por errores de omisión cometidos por los responsables del pasado, ¿debe quedar todo siempre en el olvido?.
La Iglesia actual del Papa Francisco necesita cristianos informados, activos física y espiritualmente, críticos consigo mismos y con sus circunstancias, pensantes, que reflexionen continuamente, no solo en las homilías, sino también sobre la situación que viven actualmente en su entorno, que actúen como verdaderas piedras vivas paulinas del único templo de Cristo que es el que formamos todos los cristianos, la Iglesia Católica. Seamos, por una vez en la historia, como aquellos que llamaron «locos» al pensar que podrían mejorar el mundo, y fueron solo ellos los que a lo largo de la historia lo consiguieron.
Esa es la finalidad de este articulo, fomentar la participación de los feligreses de San francisco, y por ende de toda ciudad, sin discriminación por fronteras o coberturas parroquiales, de edades, de sexo, de formación académica o pastoral, fomentando la autocrítica reflexiva y constructiva cuando los hechos no tienen una explicación plausible, cuando las razones esgrimidas llegan a insultar nuestra inteligencia, cuando vivimos sucesos inexplicables que sólo conocen teóricamente los que mandan o han mandado, los que están o han estado incrustados en los tronos del poder teóricamente al servicio de los demás, pero que en la mayoría de los casos nunca sabremos porque están o han estado ahí, y lo que es peor, porque no dan explicaciones continuas, objetivas y plausibles de lo que realmente está sucediendo en la Iglesia de San Francisco. Decía San Agustín, que «errar es humano, perseverar en el error es diabólico», frase de contenido filosófico convergente a la frase que da título al artículo.
Recuerden que se supone que todos vivimos en una democracia, y por tanto cualquier persona que ocupe un cargo de responsabilidad civil o religiosa de carácter público está obligado social y moralmente a dar explicaciones de los problemas que preocupan a los ciudadanos de Ceuta, y por ende a los feligreses de su Diócesis, y en el caso que nos ocupa del repetido y cansino retraso en la reapertura al culto de la Iglesia de San Francisco, con el agravante económico de que esas obras han sido financiadas con dinero público.
Invito a quienes lean este artículo a que se informen, pidan explicaciones, participen activamente en la vida de nuestra Diócesis, ya que de la magnitud de nuestra participación activa como cristianos depende la imagen pública, la credibilidad, y la estabilidad social y económica de nuestra Iglesia Católica, así como nuestro bienestar espiritual. La consigna de este artículo es simple, directa y unívoca, sin metáforas ni retóricas; conoce y reflexiona sobre la historia, y sé partícipe de un cambio de forma y de fondo, porque si no la conoces, estás (como dijo el gran estratega) condenado a repetirla. Que nunca se repita la historia porque “autoformateamos nuestro disco duro” como mecanismo de defensa y escape ante los problemas que nos circundan, o porque es la expresión de nuestra condición humana, que apenas ha cambiado a lo largo del tiempo, marcada por la penetrancia de nuestros genes autosómicos dominantes del egoísmo oportunista, de seres gregarios con ansias de poder y protagonismo en nuestra comunidad.
Madre Mía alivia las PENAS de mi alma, Cristo Mío dame toda tu HUMILDAD para reconocer los errores de mis obras, y PACIENCIA para convivir con ellos. SAN AGUSTIN dame tu sabiduría para poder llegar a entender algún día todos los misterios, no solo el trinitario, sino también los que trata de esconder la naturaleza oscura del hombre engendrado por Dios a su imagen y semejanza.
(*) Jacobo Díaz Portillo Miembro del grupo Facebook: San Francisco abierto ya.