Antoñito Molina, natural de Rota, ha traído todo su arte desde la ciudad gaditana hasta Ceuta para hacer pasar una agradable velada a los caballas en la Plaza de Nelson Mandela, presentando su gira ‘El club de los soñadores’.
Este lugar se ha convertido por tercer día consecutivo en el epicentro de la música y el roteño ha sido el encargado de poner el colofón al programa de actos organizado con motivo del Día de Ceuta, que se celebró el pasado 2 de septiembre.
Los ceutíes, muchos de ellos seguidores del cantante, se han ido congregando en la Plaza de Nelson Mandela esperando el inicio del concierto, en el que no faltarían los ritmos flamencos y carnavaleros que tanto caracterizan lo caracterizan.
Ya habían pasado las ocho y cuarto de la tarde cuando el artista se subió al escenario. No dudó en dar la bienvenida a todos al son de 'Vivir conmigo'. Los aplausos de todos los asistentes marcaron el inicio de un concierto en el que interpretaría sus temas más conocidos, incluyendo ‘Me estoy volviendo loco’, ‘Ya no me muero por nadie’ o ‘Yo soy pa’ ti’.
Antoñito Molina, conocido por su voz melódica y su habilidad para fusionar el flamenco con otros géneros musicales, no ha defraudado a sus seguidores. La noche ha estado llena de sorpresas y emociones intensas.
Había muchas expectativas y se han cumplido. El flamenquito ha estado presente durante toda la actuación, con guitarras que entrelazaban sus acordes con la voz de Molina. Mientras tanto, los asistentes han cantado las canciones junto al artista a la vez que se movían al ritmo de la música y se arrancaban con las palmas.
La Plaza Nelson Mandela se ha convertido en una auténtica fiesta en la tarde de este sábado. El buen ambiente, la energía y las ganas de pasarlo bien se han palpado en el ambiente.
Antoñito Molina ha dejado huella en Ceuta y ha demostrado que su música es un puente hacia el corazón y los sueños de sus seguidores, ya que el amor hacia las cosas pequeñas y sencillas es lo que mueve toda su vida.
No se donde habéis estado vosotros, pero este tío no canta un pimiento y de la cuarta o quinta fila de los prese tes no se escuchaba nada y lo que es peor no se entendía nada.
Lo único bueno de hoy, el esfuerzo de las Hermandades de Ceuta para pasar un día de seis,no más
Magnifico espectáculo. Sencillo, cercano, sensible, alegre....., Bravo Antoñito. Hasta pronto, hasta siempre