El Grupo de anillamiento Chagra de Ceuta perteneciente al Centro de Migración de Aves de la Sociedad Española de Ornitología cierra su temporada de anillamiento de la especie Cernícalo vulgar con un total de 28 ejemplares nuevos.
Cabe sumar otro, pero este había sido anillado en 2018. Estas labores comenzaron el pasado 29 de julio y se le puso punto y final el 29 de agosto, tomando como lugar idóneo el Monte Hacho. Un mes justo, donde se ha trabajado a diario para capturar al mayor número de aves, a través del trampeo.
Para este método de captura se ha usado un tipo de trampa que utiliza como señuelo un ratón. La vida de este animal no peligra, puesto que se encuentra protegido por una jaula.
“El 2022 ha sido bueno, no pensaba que fuera a coger tantas aves”, resume Antonio José Cambelo Jiménez, miembro de SEO/BirdLife. Los que se capturan son de temprana edad, ya se han despegado del núcleo familiar y comienzan a cazar por sí solos. Por lo que empiezan son los insectos, fáciles de obtener y, posteriormente, se procede a atrapar otros de mayor tamaño, como los roedores.
El objetivo principal es “estudiar la biología de las aves”, explica Cambelo. En caso de que otro anillador o persona particular coja un cernícalo y remita los datos de la captura al remite que figura en la anilla, este puede conocer datos del animal gracias al numerado que aparece en la pequeña anilla que lleva en la pata.
“La anilla o la lectura de la numeración se remite al Centro de Migración de Aves, que pertenece a la Sociedad Española de Ornitología y con los datos que lleva consigo se puede saber cuándo se anilló el ave, qué dirección ha tomado o la distancia que ha recorrido”, también se coloca una anilla de pvc de un color vivo y un código que permite su lectura. Este marcaje es una colaboración con la Estación Biológica de Doñana y busca la identificación de las aves a distancia.
Más información que se obtiene es la longevidad, si el ave reside en la misma zona donde nace o si se desplaza a otro territorio. No hay nada que se les escape, pero no con esto se conforman. “Cuando cogemos un cernícalo, también tomamos otros datos biométricos que permiten diferenciar el sexo o la edad por la muda del plumaje”. Todo lo que se obtiene sirve de cara a un futuro para “otros estudios”.
Tiempo atrás, la campaña de anillamiento del Cernícalo vulgar se realizaba durante todo el año. Al menos en Ceuta. Actualmente, se ha reducido a un mes. Y es que “el esfuerzo que se necesita en invierno no es rentable. Fuera de la época de cría, quedan apenas los individuos que ocupan el territorio de nuestra Ciudad”. Es por ello, que la temporada de verano es la idónea.
En esta edición, los números son redondos. “Parece que durante la primavera no hubo grandes tormentas y la cantidad de presas fueron abundantes para que los pollos salgan adelante“, aclara Antonio José. No lo ha tenido fácil, ya que “Ceuta es pequeña y tiene una densidad de población grande”. Con esta declaración, el profesional quiere decir que “hay gente en el campo a todas horas y siempre hay quien aparece en un momento inoportuno, provocando que el ave se espante”.
Como novedad, la Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta financió la adquisición de un dispositivo GPS, el cual sirve para analizar el recorrido del cernícalo. Esta vez ha sido una hembra que ya ha emprendido el vuelo y se encuentra en Casablanca. “Lo que me indica y responde a mi sospecha sobre los jóvenes de esta especie es que vuelan hacia Marruecos para pasar su primer invierno”. Cambelo está esperanzado de que “sobreviva y nos diga donde pasa el invierno”.
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