Tras
la tragedia ocurrida en un taller textil clandestino en Tánger, por culpa de las lluvias, asoman historias trágicas como la de una madre que ha perdido a sus cuatro hijas. Esta mujer, que además es viuda, encarna el rostro del azote más cruel de un suceso que ha evidenciado la falta de control en estos trabajos clandestinos. La fábrica donde ocurrió la tragedia se encontraba en el subsuelo de una casa residencial en donde trabajaban 40 personas, la mayoría mujeres. La madre ha declarado a los medios marroquíes que solo pide a las autoridades, al rey, a dios… que los culpables paguen lo que han hecho con sus cuatro hijas. “Es lo único que tenía, su padre esta muerto”, ha indicado en una entrevista realizada por chouftv.
Dos de sus hijas estaban apunto de casarse. “Mi sentimiento es como el de cualquier madre a la que se le muere un hijo. Cuatro ángeles que se me han marchado”, lamenta. “Estaba esperando este momento para casarlas…. tenía todo preparado para la boda, compramos todo… Pido a las autoridades que hagan justicia, que me ayuden en este momento, ahora estoy sola sin mis cuatro hijas y sin mi marido ya fallecido”. Las cuatro hermanas trabajaban en el taller en donde ha habido casi una treintena de muertes. Quedó inundado por las lluvias torrenciales lo que provocó que los trabajadores murieran electrocutados. Ese local no cumplía con las medidas de seguridad requeridas, por eso con las lluvias se inundó y causó la tragedia. Los entierros de las víctimas se han ido produciendo, resonando las peticiones de justicia por parte de los afectados. Han reclamado una investigación para esclarecer qué requisitos cumplía el local, cuáles no y cómo se produjo este fatal desenlace. No ha habido comunicación oficial sobre el avance de unos informes que son reclamados por todas las partes.