Sin hacer ruido… después de tu siesta, sentado viendo esos documentales que tanto te gustaban y esperando el primer café de la tarde, diste tu último aliento.
Esa misma mañana tomamos nuestro último café juntos, te vi como siempre, sentando en la misma mesa, mirando los videos que te mandábamos de tus nietos, un día normal como otro cualquiera, sentado donde más te gustaba, con vistas al mar y con tu barco cerca.
Nuestras vidas, quedaron marcadas cuando se nos fue nuestra hermana con tan solo 16 años, recuerdo esos 4 meses de lucha junto a tu mujer para intentar salvarle la vida, recuerdo tu desesperación, ruegos y llantos, esas visitas a tu Patrona rogándole que salvara a tu hija, recuerdo lo abatido que estabas cuando se nos fue, fuiste fuerte, un pilar donde apoyarnos todos. Muchas noches pensaba… ¿Por qué mi padre trabaja tantas horas?, supongo que era tu forma de evitar el sufrimiento de aquella ausencia en casa.
Cuando con 22 años comencé a formar parte de esa gran plantilla, como es la Policía Local, pude entender muchas cosas… entre ellas que esa era tu segunda casa, que tus compañeros eran otra familia para ti y que te querían muchos de ellos como a un padre, aunque la mayoría te llamaran “El Tito”.
Para muchos el tito, para otros Richarte o Richi, para algunos Luís o el Chivo, pero mi hermano y yo nos sentíamos orgullosos de llamarte “papá”, orgullo que nos llevamos con nosotros, porque sabemos que lo diste todo por tus familias, la que te esperaba en casa y la que defendías a capa y espada en el trabajo.
Dejas un vacío enorme en nuestras vidas, tu mujer, tus hijos y nietos deberán aprender a como continuar navegando en sus vidas sin que tu estés.
Dejas otro vacío y es en el corazón de tus compañeros, el respeto, afecto y cariño que te tenían, quedaron marcados mientras se velaba tu cuerpo, palabras llenas de sentimiento, abrazos, silencios entre lágrimas, anécdotas sobre tu paso por el cuerpo y un sinfín de sinfonías de tu vida que nos acompañaron hasta darte el último adiós. Un adiós en el que tus compañeros te escoltaron, hasta la misma iglesia de África, donde te esperaba tu Patrona, para darte las gracias por los millones de pétalos lanzados desde tu casa junto a tu mujer. Cuando la Virgen de África terminó de despedirse de ti, tu policía se puso en marcha de nuevo para escoltarte hasta tu nuevo lugar en la tierra, tu lugar de descanso y tu hijo, el que escribe estas líneas, se aseguró de ello, descansas junto a tu hija, fue de las pocas cosas que nos pediste.
Esta es mi forma de dar las gracias, me resultaría imposible hacerlo de forma individual porque todos se portaron de forma extraordinaria con mi familia, desde la llamada al 112 y con la celeridad que contactaron con 061 y CNP, cuerpo el cual arropó a mi madre hasta el traslado al tanatorio, el “Grupo V” de la Policía Local de Ceuta, mis compañeros, mi gente, mis hermanos del cuerpo y a su Oficial D. Felipe Escriña, por su profesionalidad, compañerismo y porque gracias a él y sus decisiones, nos hizo ese momento lo menos doloroso posible. Agradecer al Inspector Juan José Carrasco y al Oficial Melchor Muñoz que no se separaron de nuestra familia en ningún momento. Gracias a mis compañeros de Amgevicesa por sus muestras de apoyo en ese momento tan difícil.
A todos y cada uno de los miembros de la plantilla de la Policía Local de Ceuta, solo deciros gracias, por vuestras muestras de afecto, cariño, conversaciones, apoyos y buenas palabras hacia mi padre, muchas gracias por escoltarlo para darle el último adiós, os aseguro que “El Chivo” está orgulloso de todos vosotros y que os cuidará desde ahí arriba.
Mi padre no me dijo cómo vivir; él vivió, y me regalo su mejor enseñanza dejarme ver cómo vivió. Siempre serás un ejemplo para mí. Te quiero.
Dice la copla: " Algo se muere en el alma cuando un amigo se va". Su autor, bien que acertó al escribirla, porque eso es precisamente lo que se siente, aunque nos queda el consuelo de que algún día, tarde o temprano, nos reuniremos en el más allá, porque en este mundo, querido amigo José Luis, todos estamos de paso. Fuimos amigos desde la infancia; vosotros, tu familia vivía en la calle Españoleto y la mía en la calle Velázquez, en el Morro, donde todos los vecinos éramos una gran familia, sin distinción de clases. Por eso he sentido mucho tu fallecimiento, aunque me he enterado muy tarde para no poder asistir a darte el último adiós. Recibe un fuerte abrazo y envío mis sinceras condolencias a tu mujer e hijos y por supuesto también a tus hermanos. Descansa en paz querido amigo.
Descanse en paz y fuerza a la familia,en los tiempos de jovenzuelos todos les temiamos cuando íbamos en las motillos haciendo el cabra,pero su trayectoria lo define,buen profesional.
Tuve la suerte de coincidir lgunas veces con él, y le digo a su familia que tienen que estar muy orgullosos de ese padre, cariñoso, trabajador, servicial y amigos de sus amigos y sobretodo un gran policia.
GRACIAS POR TODO (CHIVO).
Cuantos cafelitos hemos echado por la mañana y después nuestra partidita de dominó,que buena persona Luis. D.E.P.
Mi más sentido pésame a la familia del Gran Richarte. D.E.P.
Siento mucho la perdida de tu padre
Un gran hombre, D.E.P.
El cuidara de vosotros para siempre
Nuestra familia os quiere mucho
Raquel Palenzuela
Gracias por esas palabras llenas de amor y sentimiento hacia un padre maravilloso y esposo que os guiará desde arriba acompañado de vuestra hermana ,os deseo lo mejor en esta vida y muchos besos para todos ,que lo hemos sentido mucho ,esta familia que os quiere Lara Sanchez
Solo muere quien es olvidado querido amigo y ese ángel con barriga y perilla como tú lo llamas es imposible olvidarlo.
El recuerdo y el alma nunca mueren.
Los que tuvimos la suerte de cruzarnos en esta vida con el no lo olvidaremos jamás.