El
pleno constitutivo de la Asamblea pasará a la historia no solo porque el PP se va a ver obligado a alcanzar pactos y moderar su talante si no quiere toparse con demasiadas piedras en el camino. Pasará también por los rostros nuevos incorporados, la inclusión de formaciones como la de Vox o ese puñado de anécdotas que, al final, son las que más se recuerdan. Así fue como nada más procederse al juramento o promesa de sus cargos, solo Fatima Hamed y Yousef Mebroud se sintieron concejales. Los demás tomarán sus cargos como diputados, pero ellos quisieron dejar constancia ante todos que los 25 son concejales y Vivas es el alcalde. Sin más vueltas. Tras el nombramiento todos recibían la felicitación del diputado socialista Eloy Verdugo que fue el síntoma de la igualdad: con un enhorabuena y un cruce de manos despachó uno a uno a todos a sus asientos. Mabel Deu juró su cargo portando en una de sus manos un rosario. Le acompañó solo en este momento de la jornada plenaria y con él en mano izquierda y la derecha sobre la Constitución, juró seguir defendiendo desde su condición de representante de los ceutíes a Ceuta.
El aplauso le fue negado a Vivas por parte de la oposición una vez que este fue proclamado presidente
Hubo a quien, quizá afectado por la novedad, se le olvidó poner la mano sobre la Constitución al jurar. Fue el diputado de Vox, Carlos Verdejo, que dejó la imagen de sus dos manos colocadas sobre la mesa olvidándose de la Carta Magna. Sucedió casi después de que se tropezara al ser llamado a ejercer su juramento. Fueron anécdotas de la jornada aunque la que más risa generó fue la protagonizada por el socialista Verdugo, quien en el momento de las votaciones y tras llamar a todos a que lo hicieran, él mismo se invitó a cumplir su deber con un “Eloy Verdugo, voto”. Y así se desarrolló una sesión en la que hubo gestos significativos, por ejemplo cuando Juan Vivas fue proclamado presidente y la oposición no aplaudió, a pesar de que los votos en blanco habían posibilitado que lo fuera. O eso queda reflejado, aunque había quien decía que el presidente de la Ciudad debía ser el “hombre blanco”, que había contado con el respaldo de diez votos. Con la Constitución de la Asamblea todos aplaudieron menos uno: Mohamed Alí, quien sin duda se llevó el premio al rostro más serio de la jornada, disconforme con unos resultados electorales que no esperaba ni de lejos la coalición localista. Alí combinó ese rostro con la atención a llamadas vía teléfono móvil y el arropo, a lo lejos, por parte de sus compañeros de partido Mohamed Haidor y Farid Abdeselam.
En detalle, las fotos de la otra jornada
Los votos en blanco fueron mayoría en la votación a presidente, dividida entre Juan Vivas y Juan Sergio Redondo. Mabel Deu juró con la mano en la Constitución y con la otra agarrada a un rosario. Mientras Carlos Verdejo ejerció su juramento con las manos sobre la mesa, sin colocar una encima de la Constitución. Fueron solo algunas de las imágenes de esta jornada.
La diferencia
Adiós presidente Imbroda. Vivas seguirá como presidente en su quinta legislatura consecutiva. Lo hará sin haber conseguido una mayoría absoluta pero sí con la posibilidad de gobernar, pero en el camino pierde a quien pudiera ser su ‘torre gemela’. Juan José Imbroda, presidente de Melilla, quien ha ostentado mayorías y ha sido su compañero al otro lado, pierde su mandato. Además lo hizo llevado por la sorpresa o el cabreo, según se mire, tomándose a mal la pérdida de un poder del que había gozado durante varias legislaturas y después de unas elecciones en las que consiguió más votos que el propio Vivas. El presidente de Ceuta seguirá al frente de la Ciudad de nuevo, mientras que en Melilla entra un gobierno distinto con una mezcla de partidos y con una inestabilidad política que definirá los próximos meses. Ceuta y Melilla se separan después de años en los que la línea política había sido prácticamente similar.