Cruzaba la frontera del Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, con hachís en sus zapatillas. Andando, pisando sobre bellotas en sus plantillas. Nada menos que 46.
Así, andando, este varón llamado A.M.E.I.S., con domicilio en Ceuta, captó la atención de los agentes de la Policía Nacional destinados en la frontera, que descubrieron que bajo las plantas de sus pies estaba la droga.
Es el menudeo, poca cantidad, pero en tráfico de hachís constante. Así sigue moviéndose ese otro mercado asociado a las redes de narcotráfico que operan a ambos lados del paso fronterizo.
Detención: lo detectó el perro
El suceso ha tenido lugar este mediodía, cuando el ya detenido cruzaba la frontera del Tarajal y se le encontró el hachís, por lo que se le relaciona con un delito contra la salud pública del que deberá responder en sede judicial.
Tal y como explica la Jefatura Superior en una nota de prensa, estaba cruzando la frontera andando cuando uno de los perros de la Unidad de Guías Caninos, perteneciente a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, señaló como positivo en sustancia estupefaciente su zapatilla derecha.
“En ese momento cuando el policía le preguntó al varón si portaba alguna sustancia prohibida, indicándole que se quitase las zapatillas, encontró en el interior de ambas un total de 46 bellotas de hachís”, detalla la Jafatura.
El flujo de hachís en pequeñas cantidades
La entrada de droga en Ceuta no siempre tiene lugar en grandes cantidades, se produce otra manera de entrada constante que pasa desapercibida, pero que existe.
Se utiliza a personas par que introduzcan en sus cuerpos o adosados a los mismos diversas cantidades de hachís. En los casos más arriesgados, esa droga se introduce dentro de los organismos.
Cualquier hueco es válido: las zapatillas ahora. Ayer la propia Policía informaba de otra detención en el ferry de un varón con medio kilo de hachís en los pantalones y zapatillas también.
No son grandes cantidades, las justas para intentar un pase desapercibido, pero seguir alimentando el negocio del tráfico de hachís.
En el suceso de ayer, el hombre, mayor de edad y de origen ceutí, llevaba un total de 606 gramos de sustancia estupefaciente.
Los agentes que estaban realizando su cometido en el filtro de pasajeros observaron que este hombre se encontraba bastante nervioso, actitud que se incrementó cuando le realizaron el control documental pertinente.
Ante las sospechas de que pudiese portar algún elemento peligroso o sustancia prohibida, los agentes lo acompañaron a las dependencias policiales anexas al filtro de pasajeros para realizar un cacheo de seguridad, encontrando seis piezas rectangulares de hachís.
La droga iba distribuida en sus zapatillas, dos piezas en cada una de ellas, y otras dos en sus pantalones. El peso total fue de 606 gramos.
Salidas en vehículos
Las mulas son utilizadas para ese tráfico constante, pero en la salida se protegen las pequeñas cargas de ese hachís escondidas en dobles fondos de vehículos.
No son casos aleatorios ni mucho menos, se producen intentos de embarque continuados que alimentan el negocio de los traficantes de hachís.
Ese menudeo que alimenta también el negocio del hachís que se mueve de Marruecos a Ceuta tiene como fin el pase a la Península.
Y para ello son utilizados hombres y mujeres que entregan su cuerpo para que los dueños de la droga ganen dinero, sirviéndose a la ingesta de bellotas o adosándose pequeñas cantidades de esta sustancia.
Al margen del uso de narcolanchas y vehículos con dobles fondos, permanecen estas formas rudimentarias y clásicas de seguir buscando la forma de colar la droga.
En la mayoría de los casos los detenidos son jóvenes en busca de dinero fácil y en otros se usa a personas con antecedentes para realizar ese trasvase constante.