Definir un instante, un espacio de tiempo muy corto aunque quepa una eternidad.
Una porción brevísima de tiempo. momento, minuto, segundo, soplo, periquete.
Medir un instante es imposible y aunque el hombre ha inventado toda clase de artilugios para nombrar el tiempo, el instante es tan fugaz, etéreo e impreciso que pertenece más al campo de la psicología y Filosofía.
Segundos, minutos, horas, días, semanas, lustros, siglos: todo es objetivo, mensurable y matemático, exacto.
Pero entonces, ¿Por qué no se hace lo mismo con el instante? Lo cierto es que todo pasa en ese ámbito en el que la vida puede cambiarnos definitivamente.
En un instante te puede cambiar la suerte, puedes pasar del todo a la nada, del éxito al fracaso, de la fama al ostracismo.
El amor puede durar un instante y también dura un instante los 60 años que recuerdas.
Te dan una mala noticia, sufres un accidente, un ictus, una llamada que cambiará radicalmente tus planes. En un instante te toca la lotería o te arruinas, dices algo que te marcará toda la vida o descubres un amor platónico en la panadería del barrio.
En un instante te das cuenta que morirás, que ya no eres el mismo y que el agua de la lluvia durará lo que dure tu mirada.
Sabrás de tus primaveras y tus inviernos que pasaron como estrellas fugaces y te juzgaras sin tiempo.
Somos instantes de emociones, tristezas, lágrimas y risas. Viajamos en el viento y vemos instantes que no nos da tiempo a ver.
El estruendo del cañonazo dura un instante; para algunos un largo instante y para otros el instante de mirar el reloj y comprobar que son las 12.