Amor sin barreras de parné

El matrimonio con un extranjero no debe suponer cargo alguno para el Estado

Al Ámbar denuncia que hay cientos de personas sin residencia por este motivo. El 90% de los matrimonio entre ceutíes y marroquíes están en esta situación ilegal.

Si tienes dinero puedes casarte con un extranjero o si éste tiene dinero puede casarse contigo con la regularización correspondiente. Si no hay posibles, no hay posibilidad. En Ceuta, cientos de personas son transparentes. Existen sin existir. Se casan por amor y les acusan de casarse por interés a pesar de tener a sus espaldas más de dos décadas de matrimonio, varios hijos y un camino de lucha en común contra los elementos para seguir adelante. Hombres y mujeres. Más mujeres sí, pero también muchos hombres marroquíes se casan con mujeres ceutíes y no tienen residencia ni derecho a una sanidad digna pese a ser padres de niños españoles.
Cada día, en un local en pleno centro de Príncipe Alfonso, se arremolinan en torno a una mesa decenas de afectados que acuden a pedir ayuda a Al Ámbar, una entidad presidida por Habiba Abdelkader que desde hace media década trata de poner cordura en una “situación surrealista”. No comprenden por qué “un francés si se casa con una marroquí no tiene este problema ni siquiera una marroquí que se casa con un algecireño”, lamentan recordando que son cientos los niños españoles que ven cómo uno de sus padres, el que tiene la nacionalidad marroquí, no puede ir al médico, no puede recibir prestaciones sociales o ayuda alimenticia si las cosas no marchan bien en la familia.
Las cosas han cambiado mucho en el último año. Cuando antes con un certificado de matrimonio legalizado y la comprobación de la convivencia bastaba para regularizar la situación de los cónyuges extranjeros, ahora demostrar que existe solvencia económica es requisito imprescindible. El 24 de abril del pasado año una directiva comunitaria que afectó a la norma estatal establecía la entrada en vigor de un requisito que está haciendo mucho daño a decenas de personas, más aún en la barriada de Príncipe Alfonso tal y como explican desde Al Ámbar, al ser la zona más castigada por el desempleo de la Unión Europea con una tasa superior al 60%. “La entrada en vigor de esta modificación del reglamento comunitario establece que deben acreditarse medios económicos o seguro sanitario que demuestre que ese matrimonio no va a suponer una carga por asistencia social a las arcas del Estado y por tanto de la Unión Europea”, apuntan desde la Oficina de Extranjería. La responsable del área asegura que la aplicación de la norma  ha ocasionado un incremento de quejas y denuncias de numerosas familias. “Si el cónyuge trabaja no hay problema pero hay mucho desempleo y en ese caso ¿quién cubre esos gastos?”. Aclara que a los menores se les atiende sanitariamente hasta la mayoría de edad.
Pero para Al Ámbar la situación es mucho más crítica que lo que pueda parecer a bote pronto. “Estamos permitiendo que esas personas pasen muchas calamidades y se están vulnerando un Acuerdo Internacional de Derecho a los Niños que dice que las autoridades deben facilitar cualquier tipo de documento burocrático para quesus padres puedan ejercer como tales y aquí se está haciendo la vista gorda por la ley de Extranjería”, explican desde la entidad. El problema se le planteó al delegado de Gobierno hace un tiempo y “fue receptivo y nos prometió que instaría a una autoridad poder salir de dudas sobre si prevalecía la Ley de Extranjería que pide renta para que los padres puedan tener a sus hijos y esposas regularizadas o la Ley del Menor que pide protección para los niños”. Esperan la respuesta y sobre todo esperan que los cientos de personas afectadas resuelvan en algún momento el sinvivir al que están sometidos. “Se está permitiendo un tipo de maltrato por el que la mujer no puede hacer nada sin el permiso de su marido ni siquiera cruzar la frontera y eso es una situación humillante para ellas”.
No hay un censo real pero la entidad calcula que cerca del 90% de los matrimonios entre ceutíes y marroquíes se encuentra en esta situación. “Son personas que no trabajan, viven de los subsidios y no encuentran la manera de regularizar la situación”. O trabajas o no te puedes casar con un extranjero. Esas son las normas y si existe diferencia de edad la situación se complica porque también podría caerse en la duda de que sea un matrimonio ficticio por conveniencia.

Una labor que requiere de ayuda

1 - Cinco años de trabajo. Al Ámbar cumple cinco años, casi seis, de trabajo al lado de lo que consideran los colectivos más débiles que existen ya no sólo en la barriada de Príncipe Alfonso, sino de toda la ciudad ya que “hasta nuestra sede llegan de todas partes para pedir ayuda.

2 - Agradecimientos. Al Ámbar ha querido agradecer toda la ayuda que durante estos cinco años han recibido por parte de diversas instituciones y entidades. Desde la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE) con Laarbi Maateis a la cabeza, la Oficina única de Extranjería con Lidia y todo su equipo, la Delegación de Gobierno, hasta el Área de Asuntos Sociales con Josefina Castillo siempre dispuesta a ayudar o Menores con Antonia Palomo y todo su equipo.

Soodia: tres niños y 14 años casada

Soodía Bajaddi lleva 14 años casada con un ceutí. De ese matrimonio han nacido tres niños. Ella es de Castillejos y tras casarse vino a vivir a la barriada de Manzanera. Lleva tiempo luchando por cambiar la situación en la que se encuentra que supone un desgaste continuo en una familia bien avenida que sale adelante como buenamente puede. A su marido le ha dado un infarto recientemente y acaba de terminar de trabajar en el Plan de Empleo por lo que de nuevo suspiran con el agua al cuello. Ella necesita la residencia para trabajar pero la residencia no se la dan sin el padrón y viceversa, así que en esa pescadilla que se muerde la cola se encuentra sin poder pedir las becas o realizar cualquier trámite. “Que venga tu marido”, le dicen. Ella no consta aunque también son sus hijos. Junto a ella está Shaida. Lleva 24 años casada con un ceutí. Se encuentra mal. Está enferma. Casi tres décadas en España y no puede acudir al especialista y no tiene dinero para una consulta privada. Si llega más tarde de las 18:00 al cruzar la frontera sus hijos pueden pasar pero ella se queda al otro lado y tiene que llamar al padre para que los recoja y se van todos juntos y ella se queda allí. Invisible.

HAMED MOHAMED Y JAOUHARI ZINEB, 3 niños y 15 años casados

Hamed es español. El quinto de seis hermanos, hijos de un soldado regular que falleció joven y dejó a su viuda al frente de la responsabilidad de sacar adelante a todos los pequeños. Entonces Hamed tenía siete años y acudía al colegio Cristo Rey, en la zona de Varela, donde estudiaban y comían niños de padres sin recursos. Ya desde bien pequeño echaba una mano a su madre que se ganaba unas pesetas para darles de comer llevando camisetas y camisones de un lado a otro del paso fronterizo. Un día, ya veinteañero, acompañó a su primo a Marruecos a visitar a la novia de éste y conoció a la hermana. Tardó poco en casarse con ella. Ella había accedido. Se gustaron y querían pasar el resto de su vida juntos. De aquello hace ya 15 años. Tienen tres niños “y Dios quiso que otros tres no llegaran, pero eso son cosas que pasan”, dicen mientras trata de resumir una vida complicada. Es pensionista a pesar ser relativamente joven: 41 años. Con 300 euros de paga, la Consejería de Asuntos Sociales le ayuda a pagar el alquiler de una vivienda en la barriada del Príncipe de 500 euros por la que él paga 50. Una vez a la semana acuden a comprar a Castillejos porque la comida es más barata pero este pasado domingo a su mujer le echaron el alto. “Tuve que acudir a casa a por el libro de familia para demostrar que era mi mujer, si no la obligan a dormir en Marruecos”, explica Hamed. Por lo menos tienen ya el Libro de Familia. Llevan esperándolo desde el 2007 pero hay familias a las que le tarda en llegar diez años y Al Ámbar denuncia la tardanza del Registro central en este trámite. Hamed teme que si fallece su mujer y sus hijos se queden en la calle. “¿De qué van a vivir? mi mujer debe tener la residencia, debe constar como una persona legal porque incluso temo que le quiten la custodia porque mis hijos son españoles pero ella tendría que volver a Marruecos”.