El Raisuni fue uno de los cabecillas más importantes a los que España tuvo que enfrentarse en el Protectorado de Maruecos.
Nació en 1871 en Zinat. Pertenecía a la tribu Fhahs, cabila de Beni Arós, y descendía de Muley Abdesalem ben Mshish, Santo del Yeben Alam, montaña sagrada de Guleya central. Era tenido por los suyos como descendiente de Mahoma y apodado: ”El Águila de Zinat”, “El Cherif”, “El Sultán de la montaña” y “El Pachá de Arcila”. Era inteligente, con conocimientos filosóficos, psicológicos (gran conocedor de su gente) y algo poeta. En el Oeste de Marruecos tuvo gran predicamento, sobre todo, en las cabilas de Beni Arós, Ajmas, Beni Ider, Gomara, Beni Assab, Hans Uad Ras y Ányera. Fue Bajá de Larache y Tánger. Se oponía a la presencia extranjera en su país, aunque sabía que no podía evitar la tutela hispano-francesa. Prefería a los españoles sobre los franceses, porque decía que: “Los españoles son lo suficientemente fuertes para ayudarme, pero no lo bastante para someterme”. Su rara personalidad la definió el escritor David S. Woolman, como: “Una combinación entre un Robin Hood, un barón feudal y un bandido tiránico”. El profesor marroquí Omar Mouir, también dijo de él que “era un bandido en un país controlado por bandidos”. De hecho, el Gobierno marroquí lo tenía catalogado como tal bandido. Pero ejercía una enorme influencia en la zona Occidental del Protectorado. Se dice que el Sultán Hassán I en 1895 dio orden y dinero a un primo hermano del propio El Raisuni, Bajá de Tánger, para que lo detuviera y encarcelara. Le tendió la trampa de visitarlo para que luego el primo fuera a comer con él en Tánger a modo de devolución de la visita. El Raisuni aceptó y, cuando llegó, su primo lo detuvo y encarceló cuatro años en Mogador. También era enemigo del heredero Abd el-Azid, aunque cuando éste accedió al Trono concedió un indulto general que alcanzó a El Raisuni. Tenía otro enemigo más con el que se llevaba a matar, Dris er-Riffien, Bajá de Larache. Tras ser indultado, El Raisuni regresó a Zinat convertido en un hombre sin piedad contra todos y un feroz saqueador. Trataba a las cabilas y a su pueblo como un tirano, cobrándole a cada familia 15 dólares anuales, robándoles ganado y bienes, llevaba a cabo secuestros de funcionarios y gente importante por los que después pedía enormes sumas de dinero por su rescate o los vendía como esclavos, organizó una flotilla de piratas con la que saqueaba y desvalijaba todo lo que se le ponía por delante, mandaba afeitar la barba a todo el que se le opusiera o simplemente no le cayera bien, lo que era una afrenta para todo marroquí; mató a su cuñado por abandonar a su hermana, e infligía duros castigos, torturas y graves mutilaciones a sus oponentes. Las cabilas de Ányera, entre Ceuta y Tánger, tuvieron que solicitar protección a España. Se convirtió en un tirano. El 18-05-1904 raptó al griego Perdicaris y su hijastro, que decía haberse nacionalizado americano, pese a ser muy amigo del propio Raisuni, exigiendo por su rescate 70.000 dólares, también que fueran puestos en libertad sus hombres encarcelados en Tánger y que se le nombrara Bajá de la ciudad tangerina. El entonces Presidente de los EE.UU., Roosenvelt, estaba en campaña electoral y utilizó el caso como prueba de fuerza para captar votos. Telegrafió al Cónsul USA en Marruecos diciéndole: “Quiero a Perdicaris vivo o a El Raisuni muerto”, y envió a Tánger 7 buques norteamericanos y un destructor británico, amenazando con declarar la guerra a Marruecos. El Sultán Abd el-Aziz cedió y pagó a El Raisuni 75.000 dólares. Después se supo que Pericadis no era norteamericano y que había huido de los EE.UU. al ser llamado a la Guerra de Secesión. El Raisuni fue destituido en 1906 por el Sultán Al el-Aziz; pero al ser destronado éste por su hermano Mulay Hafiz, se puso del lado de este último, que lo nombró Bajá de Asilah y Gobernador de Yebala, ampliándole su territorio y pagándole 100.000 dólares por el rescate del Instructor escocés de la Mehal-la, Maclean, al que antes El Raisuni también había secuestrado. Respecto a Manuel Fernández Silvestre (F. Silvestre) nació en Cuba el 16-12-1871. Ingresó en la Academia Militar. Estuvo destinado de Oficial en Cuba, participando en duros combates en Arango, donde al mando de un Escuadrón y luchando sable en mano mató a 28 atacantes enemigos, recibiendo él cinco heridas y su caballo muerto. Lo ataron a un árbol y le asestaron once cuchilladas dándolo por muerto. En Pinar del Río le mataron tres caballos, pero montó sobre un cuarto y volvió al combate. Era tan audaz y valiente que se forjó la leyenda de su “buena estrella”. Fue Ayudante y amigo personal del Rey Alfonso XIII. Tuvo numerosos ascensos por méritos de guerra. Regresó a España y fue destinado a Melilla y luego fue Instructor de la Policía xerifiana marroquí. Siendo Teniente Coronel, en 1911 se rebelaron las cabilas de El Raisuni con numerosos ataques a los españoles. El mando decidió destinar a Alcazarquivir un Oficial enérgico, y nombró a F. Silvestre, que se incorporó en junio. A El Raisuni le interesaba hacerse amigo de F. Silvestre. Quería que el Gobierno español lo propusiera al Sultán para Jalifa (su representante en el Protectorado). Y también a F. Silvestre le interesaba llevarse bien con él, cuya amistad en principio creía imprescindible. El 20-08-1911 ambos mantuvieron una entrevista en Arcila, estuvieron de acuerdo en todo, sellando una amistad que parecía eterna. El 24-01-1912 F. Silvestre ascendió a Coronel y propuso a El Raisuni para ser condecorado con la Orden de Isabel Católica, siéndole concedida. El Raisuni incluso permitió que F. Silvestre avanzara por las colinas de la Miel y del Sael, por Abib, Tzilatzi de Reisanam, Tenim de Sidi-Yamani, Adir, Had de la Garbia, entrando en Arcila el 17-08-1912. España arrestó al Cónsul francés por portar arma. Acordaron que las tropas españolas sustituyeran a las francesas de Tánger, con la anuencia de El Raisuni y la ira de Francia. El 31-08-2012 F. Silvestre también lo propuso para Jalifa, aunque siempre lo había sido un pariente del Sultán. Pero El Raisuni traicionó a F. Silvestre. En marzo de 1913, mientras éste impulsaba en Madrid su nombramiento de Jalifa, él secuestró a vecinos del poblado Jaldien, exigiendo a España un rescate de 250.000 pesetas, y hostigó a los Ibn Malek, amigos de España. La sólida amistad se tornó en tensión entre ambos. F. Silvestre comenzó a recibir numerosas protestas contra El Raisuni por su crueldad con los presos que tenía encarcelados en condiciones deplorables; seguía cobrando fuertes impuestos pese a haber acordado los dos su supresión. Para comprobar las denuncias de torturas a los presos, F. Silvestre los visitó, “in situ”, en la cárcel, comprobando que recibían un trato patético, encadenados unos a otros, hacinados entre sí entre excrementos e inmundicias. Por si fuera poco, fue designado Jalifa Muley el Mehdi Ben Ismael Ben Mohamed, sobrino del Sultán. El Raisuni, al saber que ya no lo sería él, se negó a asistir a la toma de posesión en Tetuán y montó en cólera; se retiró a las montañas de Zinat llamando a los suyos a la guerra santa contra los españoles, atacándole y tendiéndole numerosas emboscadas. El Sultán lo destituyó como Bajá y nombró a su enemigo más furibundo, Dar er-Riffien, amigo de España. El Raisuni lanzó numerosos ataques contra las tropas españolas y promovió la insurrección general, que originó miles de muertos españoles y marroquíes. Ahí la decadente amistad se convirtió ya en odio. El 30-11-1912 F. Silvestre entró en el cuartel general de El Raisuni y liberó a 98 de sus presos. Éste protestó ante el Consulado de Tánger y la Embajada. Era tan explosiva la situación que el General Alfau, Comandante General de Ceuta, solicitó 10.000 soldados más de refuerzo. El Gobierno español apoyó a F. Silvestre, pero el 12-11-1912 el Presidente del Gobierno, Canalejas, fue asesinado por un anarquista en la Puerta del Sol de Madrid, siendo sustituido por el Conde de Romanones, quien dispuso una conferencia en Tánger para tratar de reconciliar a ambos contendientes. Asistieron los dos, más el Marqués de Villasinda, el Coronel Barrera y el intérprete Ruiz. Frente a frente, se hicieron múltiples reproches y mutuas acusaciones. El Raisuni se negó a reconciliarse, exigiendo que F. Silvestre abandonara Marruecos, diciéndole: “Tú y yo formamos la tempestad; tú eres el viento furibundo; yo el mar tranquilo. Tú llegas, soplas irritado; yo me agito, me revuelvo y estallo en espuma. Y ahí tienes la borrasca; yo, como el mar, jamás me salgo de mi sitio; y tú, como el viento, jamás estás en el tuyo”. El 11-05-1913 Primo de Rivera ordenó tomar Lucién tras haber sido decapitados algunos prisioneros españoles. En el ataque y ocupación participaron muy destacadamente dos Compañías y una estación heliográfica de la Milicia Voluntaria de Ceuta. El Raisuni y F. Silvestre siguieron diez años más dirimiendo su odio personal en el campo de batalla. En 1924 Primo de Rivera ordenó que las tropas españolas se replegaran a una posición de mayor seguridad. El otro cabecilla rifeño, Abd El-Krim, ocupó el territorio dejado y, con él, a El Raisuni le salió el peor de todos sus enemigos, que ya no lo trató como los españoles. Quiso que se le sometiera en vasallaje, pero él se negó. Entonces sobornó al segundo de El Raisuni, Jariro, que le traicionó. Éste mismo lo capturó la noche del 25-01-1925 que, con 1200 yebelíes y 600 rifeños, asaltó su palacio-refugio de Tazaruk, en el valle de la hondonada rodeada por las alturas de Beni Arós. Estaba enfermo de hidropesía y no quiso huir. Jariro apresó a su jefe, junto con un botín de 100.000 fusiles máusers españoles, millones de pesetas y la caballería. Fue detenido y llevado por 16 hombres a Axdir encerrado en una caja y después fue encarcelado en Tarquid, dándole parecido trato al de las duras condiciones que él imponía a sus presos, hasta morir en la cárcel en abril de 1925. Sus cabilas se unieron a Abd El-Krim. Respecto a F. Silvestre, ascendió a General, fue Comandante General de Ceuta y luego de Melilla. En esta última sufriría el 21-07-1921 el tristísimo Desastre de Annual a manos de Abd El-Krim. Ni siquiera se encontró su cadáver, junto a más de 8000 españoles muertos que tras haberse rendido fueron cruelmente mutilados y masacrados. La lección que la amistad-odio entre El Raisuni y F. Silvestre nos sugiere, es que las rencillas personales, las animadversiones y los intereses particulares jamás deben resolverse poniendo por medio miles de muertos. Pero en la vida, los que nos llamamos “humanos”, somos belicosos, prepotentes, orgullosos, arrogantes y engreídos, pareciendo como si nos fuéramos a comer el mundo. Y, al final, es el propio mundo el que siempre nos engulle a todos. El filósofo inglés Hobbes aseveró en el siglo XVII: “¡El hombre, es un lobo para el hombre!”. Pero los cementerios están llenos de ególatras y presuntuosos que se creyeron únicos e imprescindibles.