Los menores que viven en el
puerto aún no se hacen a la idea de que
uno de sus compañeros, Mohamed, haya fallecido y no vaya a volver. Se trata del joven que a primera hora de este domingo tuvo que ser trasladado hasta el
Hospital Universitario de Ceuta, después de que sus amigos lo encontraran inconsciente y convulsionando.
Una llamada al 112 alertó a la
Policía Nacional, que fue la que dio el aviso a los servicios médicos, que enviaron una unidad del 061 para el traslado de este menor hasta el centro hospitalario. Junto al joven ya fallecido se encontraban con tres menores más, quienes, presuntamente, convivían con él en el puerto. Pese a que la ambulancia aún lo recogió con vida, una vez que llegó a Urgencias del Hospital entró en parada cardiorrespiratoria, falleciendo en el propio clínico, tal y como confirmaron fuentes oficiales a este periódico.
Tras su ingreso en el Hospital la Policía confirmó que no tenía documentación, pero gestiones realizadas con posterioridad por una entidad posibilitaron saber que se llama Mohamed M. y que tendría 17 años, siendo de origen marroquí. Su familia reside en Chaouen, aunque algunos están viviendo en la Península. Se trata de un chico que llevaría tiempo en Ceuta, de los que habitualmente frecuenta la zona portuaria para intentar partir al otro lado del Estrecho.
Horas más tarde de lo ocurrido, el resto de menores que viven en la zona portuaria, intentando su pase a la Península, se enteraban de los sucedido. Mohamed era epiléptico y ellos lo sabían, pero pensaban que sería un ataque más de los que solía tener y que una vez que lo atendieran en el hospital, volvería con ellos.
A través de sus móviles, detallan a El Faro, vieron la noticia de que un menor había fallecido allí y pronto comenzaron a preguntarse entre ellos para saber de quién se trataba. Por la descripción comenzaron a pensar que podría ser Chauní, pero no fue hasta que llegó uno de los educadores del mismo centro de ‘La Esperanza’, cuando con su foto en la mano confirmaron la peor de las sospechas: Mohamed estaba muerto y ya no volvería.
Chauní, como todos conocían a Mohamed por ser originario de Chaouen, llevaba varios años en Ceuta, intentando de manera constante conseguir el ansiado pase a la Península, escondido en algún vehículo, intentando colarse en alguno de los ferris que llegan a Algeciras. No hace mucho, cuentan sus amigos, casi lo logra, pues fue uno de los inmigrantes que detectaron escondido entre las atracciones de la feria en la conocida como ‘Operación Feriante’. “En la feria entró y lo sacaron de las máquinas. Y otras veces también lo había intentado y llegó hasta entrar en el barco”, narran los que lo conocían.
Los servicios sociales de la Ciudad tenían conocimiento de la existencia de Mohamed, ya que en ocasiones acudía hasta el centro de La Esperanza, donde permanecía unos días, aunque finalmente siempre regresaba al puerto. Incluso la Policía le había remitido en alguna ocasión hasta el centro, pero él siempre se escapaba.
Fueron muchos los intentos desde el área de Menores para que Mohamed, dada su enfermedad, permaneciese en el centro. El equipo Drari intentó convencerlo y lo llevó en varias ocasiones hasta ‘La Esperanza’, sin embargo, finalmente terminaba por irse. Y es que este adolescente de 17 años forma parte de este conjunto de menores que prefiere vivir en el recinto portuario antes que en ‘La Esperanza’, ya que buscan, de manera constante, la forma de poder llegar escondidos a la Península en algún barco.
Sus amigos conocían su enfermedad, eran constantes los ataques y las visitas al hospital. Sin embargo, aunque la epilepsia estuvo presente siempre, cuentan que se agravó en estos últimos tiempos y que los ataques llegaban a ser casi a diario, por eso llegaron a creer que este era uno más y que volvería cuando lo atendieran los médicos.
Ellos creen que fue a causa de las agresiones de las que Mohamed fue víctima mientras vivía en la calle, lo que le hizo empeorar, ya que denuncian que en una de esas agresiones le pegaron con un casco en la cabeza y desde entonces, todo fue a peor. “Siempre hacía risky y no pasaba nada, pero desde que le pegaron en la cabeza, le daban más ataques”, recuerda uno de ellos. Cuentan como muchos de los que están viviendo allí son víctimas de personas que van contra ellos y les pegan.
No obstante, pese a lo ocurrido, muchos de estos menores seguirán buscando su oportunidad en el puerto. Otros decidieron regresar, este mismo domingo, a ‘La Esperanza’. Y es que la repentina muerte de Mohamed les ha hecho pensar en el riesgo al que están sometidos viviendo en la calle, siendo conscientes que lo que le ha pasado a Mohamed, le puede pasar a cualquiera de ellos. “Sí te da mucho en lo que pensar, pero ahora mismo no podemos decidir si seguir intentándolo o ir al centro, pero sí, esto te remueve la mente”.
La Policía Nacional ya ha abierto una investigación por la muerte de Mohamed
Es la Policía Nacional la que, a partir de estos hechos, tiene que abrir su propia investigación para confirmar la información y habrá que esperar a la autopsia, que se realizará este lunes, para verificar las causas exactas de su muerte, contando con el parte dispensado desde urgencias del Hospital Universitario que indica que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria. El chico estaba inconsciente y convulsionando, según los testigos, y tampoco se sabe desde qué hora se encontraba en el puerto en esas condiciones. Ya se han activado todos los medios posibles para localizar a más familiares que puedan personarse en Ceuta y presentar la documentación para confirmar los datos que han sido avanzados por una asociación que trabaja con los niños del puerto.
Todos los que le conocían sabían de su enfermedad, aunque ésta se agravó
Los que conocían a Mohamed sabían que era epiléptico. Los ataques eran frecuentes, por eso pensaron que en esta ocasión volvería una vez que lo atendieran los servicios médicos, pero no fue así. Además, precisan que su enfermedad fue a peor, sobre todo después de una agresión de la que fue víctima por estar viviendo en la calle. “Le pegaron con un casco en la cabeza”, relata uno de sus amigos, y desde entonces los ataques eran casi a diario. Describen que convulsionaba y que los servicios médicos lo tuvieron que atender en varias ocasiones. Mohamed intentaba no dormir en la calle y junto con sus amigos, se colaba en la estación marítima para no pasar la noche a la intemperie. Es allí donde parece que lo encontraron inconsciente.