Asumieron el inicio de curso con la tranquilidad de que podrían compaginar sus estudios con su situación laboral y familiar. Tramitaron su matrícula en el Campus de Ceuta con su plan de estudios particular y, a su llegada, supieron que tanto algunos seminarios como prácticas a partir de este año son obligatorios.
Este gesto que para otros estudiantes pasa desapercibido se ha convertido en un problema para aquellos que han optado por la modalidad de evaluación continua en Enfermería a causa de sus circunstancias personales. Esta vía permite obtener el grado de tal modo que no es necesaria la participación presencial constante.
Así, pueden equilibrar sus horarios en el trabajo o sus responsabilidades familiares sin que ello merme su formación universitaria. Los afectados trasladan a El Faro que incluso podrían perder parte de sus asignaturas ya que, según cuentan los alumnos, tienen probabilidades de no superarlas. Si se ausentan en las mismas, ello conlleva una penalización.
“De repente nos hemos visto con que ahora ha cambiado y tenemos que ir de tal forma que, si fallamos en más de una ocasión, no podemos examinarnos ni aprobar”, comenta uno de los involucrados. “Lo peor de todo es que la mayoría, excepto los que han comenzado este año, ya estamos casi acabando la carrera”, indica.
Hasta un 50%
Decenas de estudiantes se encuentran en esta problemática que, en algunos casos, perjudica hasta un 50% de la matrícula. Temen no sacar su curso académico y piden soluciones para evitar los efectos negativos de este reglamento. Ya han dado parte de su situación e incluso el personal del equipo docente comprende su reclamación. “Muchos se solidarizan, pero no vemos que nadie dé un paso adelante y nos comunique qué va a pasar”, incide.
La decisión nace en la propia UGR y no en la facultad ceutí, sino de departamentos desde la capital nazarí. Otras fuentes consultadas apuntan a que esta decisión no afecta a todo el grado, que se extiende a determinadas materias y que el acuerdo está orientado a asegurar que se adquieran prácticas necesarias para ejercer la profesión.
La mayor inquietud es el próximo enero, mes en el que tendrán que hacer distintas pruebas académicas. “Estamos bastante desanimados y cuando estudiamos eso se nota en la motivación”, expresa uno de ellos al señalar que no quieren abandonar la parte práctica de la carrera.
“No nos negamos en ningún momento a hacerlo”, destaca. “Lo que queremos es que tengan en cuenta las características del grupo”, comenta. Ante esta situación han decidido incluso pensar en algunas propuestas que les faciliten su desarrollo en la facultad. “Se nos han ocurrido algunas y, de hecho, estos días, enviaremos estas ideas. Creo que la solución debería partir de la Universidad de Granada, no de nosotros”, reflexiona.
Los estudiantes de evaluación continua sienten preocupación en este año académico que los ha recibido con un cambio de normativa. Esperan que, finalmente, se llegue a un punto de consenso que les ayude a sacar el grado.
Propuesta de alternativas ante la problemática
Los afectados por este nuevo modelo analizan alternativas que les sirvan de apoyo. Su intención es tener una respuesta lo antes posible para desarrollar el resto del año académico sin trabas. Una de estas opciones sería saber con antelación las fechas de estas clases para que puedan organizarse y pedir permisos en sus respectivos puestos de empleo.
“Tenemos que trabajar. Muchos están en Málaga, Almería y en otras ciudades. Hay personas que no pueden venir tres o cuatro veces por semana para hacer un seminario”, remarcan. Trasladarse les supone un coste económico y de tiempo que muchos no pueden permitirse, según señala.
“…el acuerdo está orientado a asegurar que se adquieran prácticas necesarias para ejercer la profesión.”. O sea que antes no se aseguraba eso???? Qué horror!!!!!
Soy un antiguo alumno de evaluación única. Gracias a esa modalidad pude terminar la carrera con muchos sacrificios, me solidarizo con esos alumnos.