El nuevo director provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), Juan Bosco de Alba, ha instado a los directores de colegios e institutos de la ciudad a planear el principio del próximo curso en el más difícil de los escenarios que se habían proyectado, el de una “situación sanitaria compleja” en la que por razones de seguridad y para evitar la propagación del coronavirus haya que establecer dos turnos de asistencia a clase en Infantil y Primaria (de 8.30 a 11.30 y de 12.00 a 15.00 de lunes a viernes) y presencialidad en jornadas alternas de lunes a jueves para los niveles superiores.
Los equipos directivos deben elaborar sus planes, según han indicado desde distintos centros en declaraciones a este periódico, antes de que termine este mes con el fin de que después sean visados por la Consejería de Sanidad de la Ciudad Autónoma, a la que De Alba ha otorgado una importancia capital de cara al comienzo del próximo año académico, en el que las familias deberán hacer frente a un desafío reforzado de conciliación.
Los planes de contingencia de cada centro deberán redactarse partiendo de sus plantillas del curso 2019-2020, ya que a apenas dos semanas para las vacaciones de agosto el Ministerio de Educación todavía no ha concretado si en Ceuta se podrá disponer o no de los maestros y profesores adicionales que se han reclamado (desde los 150 que reivindicó el anterior director provincial hasta los 300 que ha exigido el Foro) como imprescindibles para afrontar el próximo en condiciones. De que se reciban más o menos depende, entre otras cosas, que las franjas horarias de atención presencial al alumnado se puedan elevar a cuatro por día en los colegios, donde las aulas tendrán que reorganizarse para recibir a quince alumnos por sesión (veinte para la atención de estudiantes en situación de especial vulnerabilidad) manteniendo la distancia interpersonal de seguridad.
El modelo propuesto para Infantil y Primaria se basa en desdobles de grupos en dos turnos: de 8.30 a 11.30 y de 12.00 a 15.00 horas. A cada uno asistirá sólo la mitad y en el intervalo de 30 minutos hasta mediodía se desinfectarán los espacios utilizados. Según este planteamiento, el tiempo dedicado al recreo desaparece.
Cada plan de contingencia debe “garantizar que el horario de atención directa al alumnado no superará nunca las 23 horas recomendadas” por docente.
En los institutos la idea es establecer una alternancia entre enseñanza presencial y telemática con una división de grupos a la mitad para no superar en ningún momento el aforo de quince personas en el aula más el docente. Los estudiantes irían a clase en jornadas alternas (lunes y miércoles o martes y jueves) y el viernes sería un día “de trabajo telemático para todo el alumnado y el profesorado”.
En función de “la disponibilidad de espacios y recursos humanos”, cada centro educativo siempre tendrá la posibilidad de “aumentar la atención presencial del alumnado y disminuir el trabajo autónomo del alumnado”.
En virtud de los espacios que cada CEIP pueda determinar y “siempre que su uso no altere la aplicación de la ordenación escolar”, en cada colegio podrá habilitarse “un espacio para la conciliación” del que podría beneficiarse exclusivamente “el alumnado cuyos progenitores acrediten debidamente la necesidad del trabajo presencial”.
Para la organización de estas aulas de conciliación familiar habrán de aplicarse “las medidas higiénicas determinadas por las autoridades sanitarias para la puesta en marcha del curso académico 2020-2021”. El personal del próximo Plan de Empleo, que previsiblemente no echará a andar hasta finales de otoño, sería “el encargado de la organización y gestión de estos espacios que aliviarían la conciliación de la vida familiar y laboral”.
El presidente de la Junta de Personal Docente No Universitario de Ceuta, Francisco Lobato (FeSP-UGT), tildó ayer de “cordial” el primer encuentro de los representantes sindicales con el nuevo director provincial del MEFP, Juan Bosco de Alba, que ejerció como inspector antes de tomar las riendas de la Dirección Provincial del SEPE. “Nos ha dicho que va a contar con nosotros para todo, que espera crear un ambiente de colaboración y que para el próximo curso lo más importante, la prioridad a cumplir, son las condiciones sanitarias, en lo que estamos de acuerdo”, resumió el sindicalista. Lobato lamentó que aún no se sepa si existirá o no refuerzo del cupo docente local a pesar de que “es muy distinto que exista para poder hacer desdobles, apoyos...”.
Atendiendo a las indicaciones del Servicio de Inspección educativa, que ha calculado que la ciudad necesita unos 200 docentes extra para el próximo curso, los centros educativos, a través de sus órganos de coordinación, deberán incorporar un plan de trabajo integral o por asignatura, materia, ámbito, área o módulo que garantice la consecución de los elementos curriculares esenciales. Para el Ministerio “es muy recomendable el diseño de tareas o proyectos interdisciplinares que incluyan el mayor número de materias posibles dirigidas al refuerzo de las áreas instrumentales y de las competencias clave”. Dichos planes podrán incluir reorganizaciones en los horarios docentes si el equipo directivo lo estimase oportuno para la mejor atención al alumnado. Mientras dure esta situación de pandemia no controlada y sin vacuna, las actividades complementarias y extraescolares previstas quedarán “suspendidas”, como las visitas formativas al aula de cualquier personal ajeno al centro. El sistema organizativo de días alternos debe incluir “una estructuración metodológica para que resulte eficiente y pueda desarrollarse con los recursos humanos disponibles”.
Sin vacuna y con medidas preventivas. El escenario para el que deben prepararse los centros en septiembre es el de “una pandemia no superada y sin vacuna en el que deberán seguir aplicándose las medidas de seguridad preventivas para la contención de los contagios”. Los otros contextos que se habían barajado son el de “total normalidad” y el de un gran esfuerzo de la Administración para garantizar la presencialidad total del alumnado menor de 14 años.
Alumnado, docentes y demás trabajadores. Entre las medidas previstas está la obligación del uso de mascarilla durante la jornada escolar para alumnado, profesorado y demás trabajadores del centro escolar además del mantenimiento de la distancia de seguridad entre personas y el lavado frecuente de manos con jabón o geles hidroalcohólicos.
Comedor en dos turnos. Durante el tiempo que dure la excepcionalidad sanitaria los comedores escolares de los colegios en ese servicio reorganizarán su actividad para continuar atendiendo al alumnado en dos turnos: uno al finalizar la primera franja horaria de atención presencial y otro al término de la segunda.
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