Cada porro que se fuma en Europa tiene su origen en las plantaciones de hachís que son mimadas en el reino de
Mohamed VI y cuyas cosechas son, cada año, de mejor calidad. Entre el consumo y el nacimiento de esa droga funciona una cadena de actos delictivos contra los que luchan las fuerzas de seguridad. Se busca cualquier vía, cualquier resquicio para sacar
hachís aunque sea en pequeñas cantidades y en continuo goteo.
La presión ejercida sobre las
narcolanchas, después de meses de imperio en la ruta del Estrecho, ha llevado al desvío de los pases por rutas ‘más seguras’. La consecuencia es inmediata: aumentan los intentos de salida de hachís oculto en dobles fondos de vehículos o, como se está viendo últimamente, adosado a los cuerpos de adultos y menores.
Es la ley de la oferta y de la demanda. El precio sube y el traslado de narcóticos se convierte en un ‘atractivo’ para aquellos que buscan las formas más ingeniosas de salida.
Por ejemplo, intentar cruzar el embarque con una supuesta fractura que no hace sino esconder una falsa escayola debajo de la cual hay placas y placas de hachís. Las descubrió en uno de sus controles en el puerto la Guardia Civil, el mismo Cuerpo que ha sorprendido esa misma droga forrando todas las partes corpóreas que usted pueda imaginar: piernas, brazos, espalda, estómago... O todos los huecos de vehículos que sospechen. Los agentes se han topado hasta con motocicletas forradas en su totalidad con esta droga, hasta el punto de resultar complicado hallar solo un hueco libre que se salve de alguna placa.
Fuentes consultadas por este medio descartan que haya nuevos grupos organizados de manera específica detrás de estos pases a pequeña escala, más bien encuadran el repunte en el desvío de las salidas de una droga que tiene que abastecer el mercado europeo y que encuentra en el puerto de Ceuta un trampolín idóneo.
Solo en 2019 la Benemérita interceptó alrededor de 10 toneladas; en lo que va de mes se han superado las cifras de enero pasado diversificándose los modos elegidos para un fin similar: garantizar un negocio que mueve muchos millones.