Las áreas del lenguaje abarcan las regiones de los lóbulos frontal, temporal y parietal.
La función del lenguaje se encuentra en un hemisferio del cerebro, que se llama hemisferio dominante. Típicamente, el hemisferio dominante del cerebro está en el lado opuesto a la mano dominante.
La afasia puede ocurrir como resultado de cualquier lesión cerebral, como un ictus, una lesión cerebral traumática, un tumor cerebral o una infección, en el cerebro. Debido a la forma en que los vasos sanguíneos están dispuestos en el cerebro, la causa más frecuente de afasia es el ictus.
La afasia puede afectar el lenguaje de muchas maneras porque hay varias regiones del cerebro que controlan el lenguaje. Cuando una de las regiones del lenguaje está lesionada, pero las otras regiones permanecen sanas, algunas funciones del lenguaje pueden verse afectadas, mientras que otras funciones pueden permanecer intactas.
Por ejemplo, las personas con afasia pueden tener dificultades para producir palabras, para comprender el lenguaje o pueden tener problemas para leer o escribir.
Hay varios síndromes de afasia bien reconocidos que se caracterizan por ciertos patrones de habla y lenguaje que corresponden a las áreas del cerebro dañadas por un ictus. Existe muchos tipos de afasia, pero los tres más comunes son:
Se ha descrito hasta un 70% de algún tipo de afasia en las pesonas que sufren un ictus.
Esta forma de afasia lleva el nombre de la persona que descubrió el área del cerebro que es responsable de generar el habla. La afasia de Broca a veces se llama "afasia motora" para enfatizar que es la producción del lenguaje la que se ve afectada, como hablar, mientras que otros aspectos del lenguaje se conservan en su mayoría.
Después de un ictus, el daño en el área de Broca resulta de la interrupción del flujo sanguíneo a través de los vasos sanguíneos, que abastecen dicho área, o bien una hemorragia en esta localización, que se encuentra en el lóbulo frontal dominante del cerebro. Por lo general, la afasia de Broca impide que una persona forme palabras u oraciones inteligibles, pero tiene poco o ningún efecto en la capacidad de comprender a los demás cuando hablan.
Si una persona tiene afasia de Broca, puede sentirse frustrada por su incapacidad para transformar sus pensamientos en palabras. Algunos pacientes con afasia pueden decir algunas palabras emitidas con un tipo característico de discurso conocido como discurso telegráfico. Debido a que algunos de los vasos sanguíneos que se ven afectados en la afasia de Broca también llevan sangre a las áreas del cerebro que controlan el movimiento de un lado del cuerpo (generalmente el lado derecho), la afasia de Broca suele ir acompañada de otras alteraciones, incluida la hemiparesia, o hemiplejia en el lado derecho del cuerpo y la dificultad o imposibilidad de leer (alexia) y de escribir (agrafia).
La afasia de Wernicke también lleva el nombre de la persona que descubrió las áreas del cerebro que son responsables de la comprensión del lenguaje ubicadas en el lóbulo temporal. Las personas con afasia de Wernicke no pueden entender a los demás, ni siquiera a sí mismos, cuando hablan.
El discurso de la afasia de Wernicke es incomprensible, ya que crean oraciones con palabras ordenadas de forma aleatoria. Este tipo de patrón de lenguaje a veces se denomina logorrea, o cuando contiene numerosas parafasias, jerga.
Sin embargo, cuando las personas con afasia de Wernicke hablan, sienten que deberían ser entendidas. Esto es causado por la falta de conciencia de su profundo deterioro del lenguaje (anosognosia). Con el tiempo, las personas con afasia de Wernicke podrían aprender que otros no pueden entenderlos cuando hablan, por lo que pueden enojarse y/o volverse paranoicos y deprimidos. La afasia de Wernicke es una de las consecuencias más desafiantes emocionalmente después de un ictus.
Este es un tipo de afasia que se produce cuando el daño en el cerebro es lo suficientemente extenso como para involucrar las áreas de lenguaje de Broca y Wernicke. Estas personas no pueden entender el lenguaje hablado ni hablar. Sin embargo, en algunos casos, aún pueden comunicarse utilizando el lenguaje escrito.
La afasia es una de las consecuencias del accidente cerebrovascular y otras lesiones cerebrales, como una lesión cerebral traumática y una infección cerebral. No es fácil vivir con afasia.
Es valioso participar en la terapia desde el primer momento. Esto es gracias fundamentalmente a la actuación del logopeda (entre otros profesionales). Los expertos coinciden en asegurar que la rehabilitación logopédica es clave para la recuperación de la afasia.
La intervención logopédica tiene como objetivo mejorar las funciones alteradas y ayudar a la adquisición de nuevas habilidades comunicativas compensatorias. En este proceso, la familia juega un papel primordial y puede aprender estrategias específicas para favorecer la comunicación de la persona afectada. Al mismo tiempo, surgen avances médicos que aportan nuevos procedimientos para la rehabilitación del lenguaje. Tanto los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular como sus seres queridos se benefician de la logopedia al comprender las características sutiles de la afasia, lo que puede ayudar a optimizar la comunicación y facilitar la recuperación.
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