Hay olvidos que constituyen una injusticia aunque duerman en el sueño de los justos. Algo así parece ocurrirle a la Capilla del Carmen, de la marinera
barriada de La Almadraba. El 25 de diciembre de 2018, como si fuera un regalo de Navidad, se publicó en el BOCCE la convocatoria de subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, para la rehabilitación y mejora de lugares de culto de las diferentes confesiones religiosas de Ceuta. “Fue un mes movimiento papeles, de allá para acá, llamando y buscando”, cuenta Damián, el portavoz de los devotos de la Virgen del Carmen de La Almadraba. Y así fue, según consta en la resolución provisional de la convocatoria.
A fecha de 24 de enero, fiesta de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, solo ocho peticiones se habían formulado. Cuatro por parte del “Arzobispado de Cádiz y Ceuta”. Algún funcionario había decidido aquel día elevar el rango de las sedes Gadicensis y Septensis. Las otras cuatro peticiones, rechazas en la resolución provisional, correspondían a la mezquita Al Umma, a la comunidad islámica Iman Malik, a la Comunidad Cristiana Evangélica y a la Comunidad Israelita. Los motivos de los rechazos se exponían en el documento. Básicamente, ninguna de las cuatro acreditaba correctamente la representación o la titularidad del inmueble que pretendían intervenir.
Sin embargo, entre todas ellas, había una ausencia más que notable. No estaba la capilla de La Almadraba, un templo que amenaza con sufrir dolencias peores de no ser intervenido con urgencia. “Ni una respuesta han visto los fieles de La Almadraba por parte de sus pastores”, se quejan quienes trabajan de manera incansable en la labor pastoral que se realiza desde la capilla marinera.
El pasado 29 de julio se publicaba la propuesta de resolución definitiva. Cuatro lugares de culto. Los cuatro católicos. Y ninguno de esos lugares era La Almadraba. “Entre el retardo de unos y las goteras de otros, nada para La Almadraba”. Los fieles de la Virgen del Carmen están desilusionados ante una situación que frustra sus necesidades. “Una comunidad tiene dos pilares: el templo y los fieles. Si uno de ellos no está, la comunidad desaparece”, aclara Damián.
El Gobierno de Ceuta repartirá, a través de EMVICESA, 250.000 euros para intervenir en San Francisco, Santa Teresa, San Ildefonso y San José. Dinero caído del cielo. La esperanza, sin duda, es el sueño de los despiertos.