La labor de la Guardia Civil no termina en la
aprehensión de los 4.121 kilos de hachís que fueron recuperados de una planeadora en la tarde del lunes. Ahora viene lo más complicado: saber quiénes están detrás de este ‘botín’ valorado en unos 8 millones de euros. “Un pastón”, señalan fuentes de la Benemérita a este medio. Un dinero que han perdido los artífices de un trasvase de mercancía que tenía que tener un destino: las costas de Cádiz, pero que ha terminado en el Área de Sanidad para su análisis y finalizará destruido. La goma que los transportaba, de 14 metros de eslora y tres motores de 350 caballos cada uno, queda intervenida por la Benemérita y, si se le puede dar uso, terminará sirviendo para luchar contra el narcotráfico para el que se destinó.
La Policía Judicial tiene abierta una investigación para intentar dar con las identidades de los 4 ocupantes de la planeadora intervenida, la misma que querían salvar a toda costa los narcos. Por eso ha sido inspeccionada al detalle, para buscar cualquier rastro que conduzca a los varones que estaban sobre la misma, los mismos que intentaron poner a buen resguardo la mercancía.
Para ello contaron con apoyo de otras ocho personas más. Cuatro en cada goma. En total 3 semirrígidas y doce implicados para conseguir que esos casi 8 millones de euros en droga llegaran a los bolsillos de quienes mueven este tráfico de hachís, de quienes están detrás de un negocio que florece en un Estrecho que, con Levante, se convierte en una auténtica feria de ir y venir de planeadoras. Algunas tienen una única misión: despistar a las fuerzas de seguridad. Otras, atacarlas. Como ayer lo hicieron dos de las semirrígidas, que tenían que ponérselo difícil a los agentes del Marítimo para que no pudieran hacerse con el hachís.
Desde las 13.00 horas la Benemérita estaba en alerta por el movimiento de planeadoras en el Estrecho. A las 14.00 esa alerta se transformó en algo de peso: una de esas gomas portaba sacos de hachís, fardos que, por las dimensiones de la misma, podían suponer un gran alijo.
La persecución se extendió hasta pasadas las cinco de la tarde, cuando el Marítimo pudo informar de que tenían la planeadora y la droga, aunque los lancheros habían conseguido escapar.
La prueba del delito llegó pasadas las once y media de la noche a puerto deportivo, después de que otros agentes tuvieran que acudir a prestar combustible a los compañeros porque habían gastado todo el que tenían después de la compleja persecución llevada a cabo.
La
Guardia Civil hará todo lo posible por poner nombre y apellidos a los implicados en este pase, aunque la clave para hacer daño a los señores de la droga está en iniciar actuaciones como las que se desarrollaron en Ceuta con la celebrada Operación Marinas, con la que se consiguió vincular el narcotráfico con el blanqueo de capitales y hundir toda la infraestructura de la que gozaban los gomeros.