Algo más que un homenaje

La izquierda aprovechó el aniversario de la II República para homenajear al alcalde David Valverde pero, indirectamente también, a todos los represaliados por los fascistas.

El cementerio de Santa Catalina acogió en la mañana de ayer lo que en principio estaba señalado como un acto de homenaje a David Valverde, el que fue el primer alcalde socialista que gobernó Ceuta, pero que terminó convirtiéndose en uno para todas las víctimas de los represaliados fascistas. Entre los presentes estaban los pesos pesados del PSOE y de la UGT, Caballas, sindicalistas... pero también familiares de Valverde, como algunos miembros de la familia Cerdeira. Y entre todos ellos una de las imágenes que más atrajo a los presentes, la de Alfonso González, un hombre de 86 años que portaba un reportaje sobre los fusilados, hijo de un policía local, Prudencio, que trabajó de escolta de Sánchez Prado y que terminó siendo asesinado. Alfonso no falta, cada 14 de abril, a ninguno de los actos que se hacen coincidir, expresamente, con el 85 aniversario de la II República.
La fosa común vio cómo, de nuevo, eran depositadas las flores de quienes no olvidan. Las flores rojas, vivas, de quienes quieren mantener la memoria activa sobre lo que pasó. Después se colocó una corona de flores ante la tumba de Valverde, cuya figura fue recordada, por su relevancia, por el director de la Biblioteca, José Antonio Alarcón. Se pudo escuchar ‘La Internacional’ a violín, pero también con los brazos en alto y los puños cerrados de quienes no se resignan a que esta parte de la historia se olvide.
Alarcón, al igual que también lo hizo el secretario general del PSOE, Manuel Hernández, celebraron que UGT decidiera rescatar la figura de Valverde, que fue elegido alcalde en 1932. Se tuvo que refugiar en Castillejos, fue detenido y encarcelado pero después absuelto tras pasar por un penal del Hacho que le dejó marca para siempre. A pesar de eso terminó siendo fusilado de un disparo, como lo eran todos, sin juicios, sin respeto a la justicia y hundiendo para siempre la libertad de quienes tan solo habían luchado por el cambio. Como él, 300 ceutíes fueron asesinados por fascistas.