La asociación Verdemar-Ecologistas en Acción denunció ayer que el alga asiática detectada por primera vez hace 8 años en la costa de Ceuta sigue “campando a sus anchas por el litoral del Estrecho de Gibraltar”. “Amenaza toda la costa como una ‘marea negra’ disfrazada de verde”, alertó en un comunicado.
Según la entidad conservacionista “los efectos de este alga ya se han hecho notar en la pesca y en las especies endémicas” y ahora “amenaza el turismo”.
“Sigue expandiéndose y colonizando el fondo submarino entre 0 y 30 metros de profundidad desde la Bahía de Algeciras hasta Trafalgar y desde Ceuta hasta Tánger con una estimación anual de 150.000 toneladas de arribazones, algo que tiene el mismo efecto que una ‘marea negra’ parecida a la del ‘Prestige”, avisó. En Ceuta solamente en el verano de 2017 se retiraron de las playas más de mil toneladas.
Verdemar aseguró que “el aumento de temperatura de las aguas en el litoral multiplica su expansión” y lamentó que “desde 2020, cuando vimos como una satisfacción haber conseguido que una Administración superior (UE) tomase cartas en el asunto sobre la catástrofe ecológica que supone la bioinvasión del alga, nada se ha avanzado en solucionar este problema ambiental”.
La Comisión europea puso en marcha un proceso por el cual se consideraba la inclusión de la especie en la lista de especies exóticas invasoras de la Unión y se podría dotar de ayudas para la flota pesquera e investigación ante la mayor amenaza para la pérdida de la biodiversidad en los ecosistemas naturales.
Para Verdemar-Ecologistas en Acción la presencia del alga Rugulopterix okamurae “está suponiendo una importante quiebra económica para el sector pesquero, turístico y ambiental de primer orden”.
Después de 7 años de su primera denuncia, “el vertido silencioso semejante al del ‘Prestige’ sigue colonizando nuestro litoral y,si no se frena, será un problema internacional por la rapidez que se expande”.
Desde su detección en el año 2015 en las costas de Ceuta y posterior identificación taxonómica, la ‘Rugulopteryx okamurae’ ha mostrado, según el Ministerio para la Transición Ecológica, “un elevado carácter invasor en las costas españolas, produciendo importantes impactos económicos en el sector pesquero, así como impactos ecológicos, amenazando la biodiversidad de los fondos marinos españoles”. La distribución nativa de la especie se restringe a las costas de China, Corea, Japón, Taiwán y Filipinas, y hasta su aparición en las costas del Estrecho, sólo se conocía como introducida en las costas mediterráneas francesas, pero sin carácter invasor.
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