M.A.B. se sentó ayer en el banquillo para responder de un delito contra la salud pública, acusado de haber intentado pasar 11 kilos de hachís ocultos en los dos asientos delanteros y uno trasero del vehículo con el que pretendía embarcar hacia la península.
Con la petición de pena por parte del Ministerio Fiscal de cuatro años y dos meses de cárcel y una multa de 62.400 euros, el acusado alegó desconocer la existencia de la droga en el interior del coche que conducía. Por el contrario, culpó de los hechos a una persona a la que conoce hace 30 años y al que en ocasiones le solía prestar su vehículo para trasladarse hasta Marruecos y efectuar compras.
M.A.B. indicó que fue ese amigo el que había introducido la droga en el coche sin su consentimiento y fue más allá al asegurar que años atrás realizó la misma acción en Francia, lo que le llevó a ser condenado por otro delito de tráfico de drogas. En su defensa, el acusado también indicó que se dirigía a Algeciras porque esta persona le había pagado 900 euros por pintarle una casa de su propiedad en dicha ciudad.
Uno de los guardias civiles llamados a testificar en la vista oral señaló que el acusado se mostró nervioso y que sí era fácil percatarse de la presencia de bloques de hachís en el interior de los asientos, lo que desmontaba el argumento defensivo del acusado de que no tenía constancia de que portaba droga en su coche o que tampoco se hubiera percatado de que había algo oculto en estas zonas, según las alegaciones del Ministerio de la Fiscalía.