El pasado lunes, día 17-02-2015, falleció en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, D. Manuel Ramírez Jiménez, nacido en Ceuta el 6-06-1940, jurista y politólogo de reconocido prestigio a nivel nacional e internacional. Fue, en primer lugar, Profesor Agregado en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Sebastián. Catedrático de Derecho Político en la Universidad de Santiago de Compostela.
Doctor en Derecho por la Universidad de Granada, donde fue profesor durante casi diez años en el Departamento dirigido por su maestro el también Catedrático Francisco Murillo Ferrol. Fue Catedrático de Derecho Político de la Universidad de Zaragoza, donde ocupó el cargo de Decano de la Facultad de Derecho durante once años y Vicerrector de Ordenación Estatuaria. Entre los demás cargos académicos, de dirección y de especial responsabilidad que ha desempeñado, figuran: Presidente de la Asociación Española de Ciencia Política (AECP), predecesora de la AECPA, (1980-1985). Director de la Fundación de Estudios Políticos y Constitucionales Lucas Mallada. En 1999 fue elegido académico de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Miembro de varias instituciones profesionales, como la Asociación Internacional de Ciencia Política. Representó a España en varios congresos internacionales de Ciencia Política. Director del Centro U.N.E.S.C.O de Aragón. En 1999 recibió la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort, la máxima distinción en el mundo de la Justicia. Y también se hallaba en posesión la Cruz de Alfonso X El Sabio.
Es autor de numerosos artículos y trabajos de Ciencia política, Derecho Constitucional y libros en los que analiza en profundidad la España político–constitucional del siglo XX. Entre sus publicaciones destacan: Nuevas perspectivas de la Ciencia política (1971), Supuestos actuales de la Ciencia política (1972), Estudios de la Constitución española de 1978 (1979), Cartas políticas (1985), La participación política (1985), Sistema de partidos en España (1931-1990) (1991), Europa en la conciencia española y otros estudios (1996), La reforma del Senado (1996) y España en sus ocasiones perdidas y la democracia favorable (2000).
Colaboró en la elaboración de la Constitución Española de 1978. Fue Presidente de la Fundación Lucas Mallada de Zaragoza sobre estudios constitucionales, de la que era fundador. Miembro del Consejo Económico y Social de Aragón. Y toda una autoridad en materia de Derecho Constitucional, muy estimado en el mundo docente universitario. Había ampliado estudios de Ciencia Política en la Universidad de Columbia, bajo la dirección de Juan J. Linz, así como en la de Stanford, en la de Yale y en el Instituto de Estudios Políticos de París, además de haber participado activamente en todos los congresos de la IPSA desde 1969. Contribuyó de forma notable al despegue de los estudios de ciencia política en España en tres planos distintos: En primer lugar, con publicaciones a la sazón novedosas en nuestro país, organizando reuniones científicas de ámbito nacional e internacional como las III Jornadas de Ciencia Política celebradas en Zaragoza, en 1978, o el III Congreso Nacional de la AECP (Zaragoza, 1983); y, last but not least, abriendo nuevas vías de investigación al abordar, sucesivamente y desde una perspectiva politóloga, el estudio de la Segunda República y del Régimen de Franco, escenarios ambos que hasta los años ochenta fueron prácticamente coto reservado de hispanistas. Fue también colaborador de la Gran Enciclopedia Aragonesa (1980-1983). El franquismo, lo abordó personalmente en su obra “España 1939-1975: Régimen político e ideología (Madrid, Guadarrama, 1978)”. Dirigió numerosas tesis publicadas, sobre sus élites políticas, la Falange y la Iglesia Católica. Como fundador y director de la Fundación Lucas Mallada, el Profesor Ramírez, desde su orteguiana “obsesión por España”, trabajó sobre la transición, la democracia española consolidada y su crisis (España de cerca. Reflexiones sobre veinticinco años de democracia Trotta, 2003); “Siete lecciones y una conclusión sobre la democracia establecida, Trotta, 2007”; “La crisis de la actual democracia española y otros escritos (Ediciones encuentro, 2010). Discípulo en sus comienzos del profesor Francisco Murillo, fue uno de los principales representantes y continuadores de la llamada Escuela de Granada de Ciencias Sociales, cuya simiente también germinó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza, gracias a su magisterio, en distintas generaciones de constitucionalistas. Su tesis doctoral acerca de los grupos de presión en la Segunda República española constituyó uno de los primeros estudios de ciencia política dedicados a este período de la historia de España. Sus trabajos en el campo de la teoría científico-política, la socialización política, el sistema de partidos, la participación en democracia o la historia constitucional española se convirtieron en referentes ineludibles de autoridad manifiesta y de obligada consulta para quienes les interesara profundizar sobre las materias por él cultivadas. Como Catedrático, dedicó toda su vida a la Universidad; fue un universitario en el sentido más completo del término. Y fue, antes que ninguna otra cosa, todo un profesor. Siempre tuvo claro que la razón de ser de sus investigaciones y publicaciones no era otra que poder enseñar más y mejor a sus alumnos en el sentido integral de la palabra. En su aspecto personal, bajo una imagen de rectitud que podía imponer a quien no lo conociera, se escondía una persona cercana y sencilla, con un profundo sentido de la amistad y de la lealtad. Nunca dejaba indiferente a quien lo tratara. Tenía muy buenos amigos y también estaba muy bien relacionado con destacados juristas y personalidades de renombre no sólo en el ámbito nacional sino también en el campo internacional en el mundo de la política, del derecho, de las ciencias sociales y de la cultura en general, en cuyas materias era un profundo estudioso y un analista exhaustivo y muy cualificado. Era muy amigo de sus amigos, con alto sentido de la auténtica y sincera amistad, aun cuando gustaba de llevar una vida privada muy discreta y muy suya. En el terreno de la docencia, era un Profesor muy estimado. En cada curso académico entregaba a sus alumnos una cartulina con el célebre poema If, de Rudyard Kipling. "Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre, / y tratar a esos dos impostores de la misma manera…", según puede leerse en dos de sus versos. Manuel Ramírez creía quizá en pocas cosas, pero en lo que creía lo hacía firmemente y con manifiesta determinación. Esa actitud inteligente le ayudó sin duda a reconocer la impostura que se esconde detrás de esos supuestos triunfos y desastres. "Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros / cantando", como escribió Juan Ramón Jiménez en El viaje definitivo, es otro de sus versos que le gustaba recordar en la absoluta certeza, como estaba (como todo estamos), de que irremediablemente habría de llegar su final, que ahora ha tenido. No llegué a conocer personalmente al Profesor Ramírez, aun cuando lo he citado como una autoridad jurídica en algunos de mis artículos. Pero conozco su personalidad intelectual, y también sé de él por referencias, en especial, de un amigo que, a su vez, lo era también de este ilustre Catedrático. Me refiero a su buen amigo Juan María Guerrero Valenzuela, también jurista muy cualificado, sobre todo, especialista en materia de Derecho Financiero y Tributario, al que, además, me cupo el honor de relevar en 1999 en los puestos que desde Ceuta ambos hemos desempeñamos en sucesivos períodos como Presidente de los Tribunales Económico-Administrativos de Ceuta y Melilla, primero él y, en mi caso, durante 1999-2011. Y también tuve ocasión de consultar una obra brillante de la que el Catedrático Ramírez es autor, que es un estudio sobre el viejo Fuero del Baylío de Ceuta, analizado por él de forma muy exhaustiva y muy bien trabajada desde un criterio exclusivamente objetivo y profesional. Su valiosa aportación al estudio del antiguo Fuero ceutí, me fue sumamente interesante para la exposición que en su día hice en El Fuero de Ceuta de una serie de artículos, así como en algún otro trabajo que también elaboré para una Asociación Nacional especializada en los antiguos fueros locales, con sede en Madrid, y que sobre este tema tengo publicados, a través de los cuales creo que tengo jurídicamente acreditado que el Fuero del Baylío todavía tiene plena vigencia en Ceuta, aun cuando prácticamente haya caído en total desuso por su inaplicación desde mediados del siglo pasado que por última vez se aplicó, según consta en la documentación que -sin entender por qué – todavía sigue estando olvidada en los archivos notariales de Algeciras, aun cuando se trata de documentos históricos de gran valor para Ceuta. Precisamente, en base a la lectura de ese estudio jurídico del Profesor Ramírez sobre el Fuero del Baylío de Ceuta, y también de algunos artículos suyos publicados en la prensa nacional, he podido perfectamente intuir el cariño y entrañable recuerdo que el mismo guardaba hacia su Ceuta natal. Como asimismo se colige ese cariño de algunos escritos que ahora se le han dedicado tras su muerte a su memoria por amigos y compañeros profesores de la Universidad de Zaragoza que lo tenían como el Profesor “alma mater” de aquella Universidad, e incluso de alguna otra publicación que se le ha dedicado en la prensa nacional, en cuyas publicaciones se pone claramente de manifiesto el gran amor que sentía hacia su querida Ciudad, que siempre ponía en sus labios en cuanto encontrara alguna ocasión propicia. Pues, vayan mi reconocimiento, admiración y gratitud hacia la destacada figura de este ilustre ceutí y excelente persona, que tanto gustaba de sentirse y de ir por todas partes presumiendo de ser de Ceuta. Descanse en paz.