"Como pasa el tiempo" debieron pensar en la tarde de este jueves santo Aitana Hoyos y Miguel Ángel Fernández, cuando el segundo pasó el testigo como costalero a la primera, a sus 17 años, en la salida de La Encrucijada de Ceuta.
Emotivo momento, pues cuando la joven tenía tan solo siete meses, Fernández le impuso la cruz de la Hermandad a los pies de la virgen. Allí les tomaron una foto. Él la llevaba en brazos, envuelta en un manto.
Quiso el destino que la imagen se repitiera, pero a la inversa, en la jornada de este jueves. Padrino y ahijada volvieron sobre sus pasos, pero esta vez, Hoyos iba vestida de costalera. Era el momento de tomarle el testigo.
Lo relata con gran emoción la madre de Hoyos, Lourdes Fernández. "Les ha hecho una ilusión tremenda, pues él mismo le dio el relevo del costal 17 años más tarde".
Madre orgullosa, relata la devoción de su hija por la Semana Santa. Y no es para menos, pues en esta, la de su debut bajo las figuras, ha levantado un buen número de pasos: "Estuvo en el Medinaceli, en la Virgen de los Dolores, en la Virgen de las Lágrimas y este viernes en la de El Valle".
Un intensivo de comienzo para una joven que es hermana tanto de El Medinaceli, como de La Amargura y La Encrucijada.
Esta última tiene un simbolismo especial, pues fue allí donde para Hoyos, vecina de la Avenida Lisboa, comenzó, aún sin darse cuenta, su pasión por la tradición de la Semana Santa.
Volverá a buen seguro el próximo año a levantar las imágenes de sus amadas hermandades, siempre ante la atenta mirada de su padrino, que como ayer, seguramente volverá a derramar "alguna que otra lagrimilla" de emoción, porque el tiempo pasa muy rápido y, en este caso, para bien.