Merece la pena leer estos razonamientos ya que me pone en lo alto de una montaña, sentado allí y con mis pocos recursos, grito al mundo todo lo que llevo en mi interior.
Sé que es poco, pero lo suficiente para quedarme tranquilo. Sé que hoy en día ser poeta no es gran cosa.
Nos consideran unos privilegiados de los terrenos sembrados por los psiquiatras.
Esos que solo dicen tonterías, pero que cuando lo leen los que teóricamente saben un poco de métrica, comprenden que solo lo ha podido componer un iluminado por ese don que proviene de otro mundo; de otro lugar que no es de acá, ni de allá, es ese Himalaya, donde se sube con bombonas de oxígeno, ya que solo así los seres humanos pueden resistir esas presiones atmosféricas.
Los demás son seres normales que encuentran el refugio en la ignorancia y solo dan ese “no” por cada verso que leen y no comprenden, como fueron compuestos o que solo ellos, los letrados, deberían de haberlo confeccionado.
Y es que buscar nuestros adentros es fácil, pero saber exteriorizarlos es otra cosa, otro mundo, que solo esos elegidos son capaces de hacerlos.
Queridos seres humanos, no os obcequéis en poner muros a otros como ustedes. Lo bonito es comprender y dejar la libertad de expresarse a todos, ya que la música es una comprensión de la interpretación de la naturaleza y de nuestros interiores.
Las “musas” nos dan esos empujes que solos seríamos tan tímidos, que jamás sacaríamos la “palestra”, y empezaríamos a forjar esa belleza que tenemos en nuestro interior.
Hoy me soplan al oído y sé que todo es un momento, un instante donde puedo decir algo nuevo, aunque cuando terminó de escribir, sé que es una prosa dirigida por el corazón y buscado su musicalidad a través del silencio de la mañana, donde se cruzan los cantos de los pájaros y los gallos anunciando que debemos pensar en movernos por nuestro bello mundo.
No ser el tímido gato que se esconde en lo alto de su mundo y afrontar el día dando la cara y buscando la comunicación. Esa que proviene de una sociedad y que por ella debemos de ser participe de un algo para darnos cobijo y ser comunicadores de noticias frescas de este bello día, que ojalá se porte bien y nos deje de hacer sudar y nos de nuevas ideas para hacer un mundo mejor cada día.