El tema de las aguas territoriales está siempre en tela de juicio. ¿Esa proporción de mar pertenece a España, Marruecos o Gibraltar? ¿Quién tiene jurisprudencia en esta zona? Estas son algunas de las cuestiones, además de contextualizar la situación, que se han explicado en la conferencia ‘Las aguas territoriales en el Estrecho: limitación de espacios marítimos entre España y Marruecos’. Esta ponencia, realizada en colaboración con la
Biblioteca Pública del Estado de Ceuta ‘Adolfo Suárez’, ha sido llevada a cabo por el catedrático emérito de Geografía de la
Universidad de Sevilla, Juan Luis Suárez de Vivero. Las fronteras
marítimas de Ceuta están inscritas dentro de un marco geográfico de especial relevancia como es el Estrecho de Gibraltar. Su complejidad territorial, tal y como ha señalado Vivero durante su intervención, “dificulta las decisiones que se puedan alcanzar” con respecto a las aguas territoriales. “Gibraltar y Ceuta son dos territorios cuyas soluciones van unidas y que no se pueden tratar de manera autónoma”, ha indicado el catedrático.
Para conocer más a fondo esta afirmación, Vivero ha divido la ponencia en cuatro partes para centrarse en cada uno de los apartados que hay que conocer para poder comprender la complejidad del asunto. En una primera parte, se ha centrado en el contexto geopolítico para conocer cómo se ha llegado a la situación actual. “Gibraltar es uno de los nodos del ecuador económico, por lo que se sitúa en un plano geoestratégico por encima de los intereses inmediatos”, ha señalado. Todo esto viene dado a raíz de una doctrina estratégica que se formuló a finales del siglo XIX y principios del XX, donde quedó establecido un circuito de flujo económico. La segunda parte de esta conferencia ha estado enfocada a saber qué es jurídicamente un estrecho y en cuál de los cuatro tipos existentes estaría encuadrado el Estrecho de Gibraltar. Tras las explicaciones realizadas, Vivero lo ha enmarcado como un estrecho internacional, además de considerarlo como un paso en tránsito –hecho que ocurre tras la Guerra Fría para proporcionar la libre movilidad a las potencias-.
En este apartado también se ha explicado el punto de vista funcional del Estrecho como flujo comercial de importancia internacional. Una tercera parte ha estado más enfocada al análisis de ciertos aspectos como los estados, los enclaves y las jurisdicciones marítimas tanto de España como de Marruecos y Gibraltar. En este apartado Vivero ha explicado la creación de las aguas interiores por parte de estos países y la declaración de zonas económicas exclusivas por parte de Marruecos y España que no existen en el Estrecho, pero sí en el entorno. Es, en este punto, donde Vivero ha señalado que Ceuta y Gibraltar son dos territorios unidos. “Si Gibraltar revierte a España, afectaría inmediatamente a Ceuta”, ha puntualizado.
Por último, Vivero ha ofrecido una serie de conclusiones derivadas tanto del análisis realizado en el tercer punto como en los dos anteriores. La generación de aguas jurisdiccionales en ambas riberas españolas (sur de la Península y norte de África), debido a la posición de Ceuta, “implica una continuidad jurisdiccional en el Estrecho”, ha explicado Vivero. Una de las conclusiones que más hay que tener en cuenta es que “tradicionalmente se ha tenido en cuenta la reciprocidad Ceuta-Gibraltar. Un estrecho como Gibraltar sería un riesgo que estuviese solo de un estado ribereño. A partir del cambio del estatuto jurídico, de inocente a transito, las potencias marítimas han preferido que los estrechos fuesen cuestión de más de un país. Compartir la soberanía es lo que interesa a esos estados” ha concluido.