Suele suceder que cuando ocurren hechos que no queremos asimilar como posibles tendemos a negarlos y a llamar mentirosos a aquellos que los sacan a la luz. Es lo que ha pasado con las denuncias de agresiones a inmigrantes que puso de relieve, entre otros, la asociación Maakum, cuyos integrantes trabajan en el puerto con aquellos menores que no quieren estar en ‘La Esperanza’ e invierten sus horas en buscar la manera de colarse en los barcos. Si los etiquetados como MENA son visualizados como auténticos monstruos... ¿cómo admitir que les pueden pegar?, ¿cómo reconocer que pueden ser víctimas de agresiones organizadas? En vez de comprobar si realmente hay investigaciones en curso, si hay denuncias... criminalizamos aún más a estas personas y negamos lo que es una acción cobarde y un delito.
Sí. Es verdad que hay quienes se están tomando la justicia por su mano y quienes están aprovechándose de determinados sucesos para actuar de esta manera y en grupos organizar eso de ‘dar palizas’ para luego escapar del lugar. Cinco. Cinco son las denuncias que, de momento, están bajo investigación. Denuncias que han sido interpuestas por Menores, por el equipo que trabaja con ellos en el puerto y por una particular. Denuncias que ponen de manifiesto la existencia de palizas cometidas con uso de bates y palos de hierro. La propia Policía y la Fiscalía investigan lo que está pasando, que no es más que el resultado de un puñado de descerebrados y delincuentes que aprovechan el caos más absoluto que reina en el puerto para cometer estos delitos.
Hay testimonios, hay partes de lesiones, hay declaraciones. Quizá antes de encerrarnos en nuestros propios prejuicios deberíamos pensar en que las generalizaciones no siempre sirven y que ante hechos de tanta gravedad deberíamos ser más consecuentes con los derroteros que está tomando esta ciudad.