En tiempos convulsos de ideales políticos tan diferentes que alcanzan a imaginar lo hasta la fecha inimaginable, en pleno siglo XXI conviviendo aún la humanidad con guerras interesadas por alguna de las partes implicadas, queda aún demostrado la esencia del amor por el prójimo.
Con ello me quiero referir a los gestos llevados a cabo este pasado sábado 20 de mayo cuando, una persona octogenaria y necesitada de muletas, don Juan Reina Gómez, en su rutina matinal de pasear desde la Avenida España hasta la Plaza de África y vuelta de nuevo a su domicilio, sufrió un desvanecimiento a la altura de las Murallas Reales y fue auxiliado por un empleado de la empresa municipal Amgevicesa, así como una familia que se sumaba a tal propósito.
Fue un gran empeño el que demostraron todos ellos para que nuestro familiar fuese atendido y tratado in situ, primero, por los servicios sanitarios que llegaron, demostrándose su valiosa profesionalidad, y después, para que fuese trasladado en ambulancia tanto al punto de atención de Otero, como también al Centro Hospitalario.
Gracias a Dios todo quedó en un susto. Pasados unos días solamente nos queda mostrar el correspondiente agradecimiento por parte de los familiares de don Juan Reina, gracias que queremos sean trasladadas a los responsables de aquel empleado de Amgevicesa, como igualmente a esa familia “cirinea” anónima que se sumó en ese instante.
Eternamente agradecidos estamos los familiares, felicidades por vuestra actuación.