Para algunos como Hermy era Tigresa, tal vez otros le darían un nombre diferente, pero en cualquier caso ella era la gata de Patio Páramo, un increíble animal de 2 años que mientras vivió entre nosotros se ganó a todos, a los que adoramos a estas criaturas y también a muchos reacios a estos animales. Hoy, después de haber leído la preciosa y entrañable colaboración de Hermy publicada en este diario el pasado día 25 de octubre, quiero darle mi más sentido agradecimiento a todos aquellos que la cuidaron, mimaron y protegieron. Especialmente a ti, Hermy, por el bonito homenaje que le has dedicado en este periódico; por inmortalizarla con tu cámara y permitir que su recuerdo llegue a aquellos que no la conocieron. Y también por darle ese nombre con el que a partir de ahora la recordaremos todos.
A ti, Fidel, por cuidarla y mimarla mientras te seguía hasta tu casa; por darle un final digno y por lograr que su recuerdo se mantenga imborrable cuando pasamos por el lugar que fue su hogar en los dos años que vivió entre nosotros.
A ti, Sonia, porque tus desvelos día y noche mientras yo no pude atenderla sacaron adelante a sus pequeñas crías.
A Rocío, Jose y Cristina, porque vuestra intolerancia al pelo de gato no os ha echado atrás para estar siempre al pie del cañón.
A Emilia, Afri, Suli, Paco, Rocío, Fernando, Carmen (que acogió a dos de sus crías), Óscar, a los ‘muchachos de Marruecos’ siempre tan pendientes de darle cariño y de compartir un bocado con ella. Y a todos los que, aún desconociendo vuestros nombres, sé que se han desvivido por Tigresa, mil gracias porque han velado a diario por esta preciosidad. Aún se me saltan las lagrimas cuando paso por el lugar donde siempre nos esperaba para pedir una caricia con ese ‘maullido mudo’ tan característico suyo.
Hoy sólo me queda el consuelo de saber que sus seis crías están adoptadas y que una de ellas la acogí en mi casa. Y mayor consuelo aún cuando la miro y veo a su madre en sus ojos, en el color de su pelo o en su afable carácter. Una parte de Tigresa vive en mi hogar y eso me consuela de su pérdida.
Mil gracias de nuevo a todos y cada uno de vosotros por los 2 años de vida que le ofrecisteis a Tigresa, a la que nunca olvidaremos y permanecerá eternamente en nuestros corazones.
Hasta siempre, preciosa.