A continuación se dirigió a través de las oficinas de la Comisaría de la frontera para ver ‘in situ’ las instalaciones del Tarajal II. El nuevo paso de los porteadores que ha sido entregado en fecha y a tiempo por parte de la empresa constructora y que ha tenido una inversión de unos setecientos mil euros. Fue de punta a punta del mismo, hasta donde se encuentra la salida ya hacia Marruecos. Allí, con las explicaciones que le ofreció el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, observó los veinte metros que tienen los marroquíes que asfaltar y además derribar el muro que se encuentra justo detrás. Además, desde la zona descubierta de la nueva obra le explicó el teniente coronel de la Guardia Civil, Andrés López García, cómo había sido la aproximación de los más de mil subsaharianos que intentaban llegar hasta la playa del Tarajal el pasado martes de madrugada.
Y como punto final de ese recorrido, cruzó nuevamente el paso fronterizo para bajar hasta el mismo espigón del Tarajal, a escasos metros de donde se produjeron las quince muertes el pasado seis de febrero en el lado marroquí. Allí nuevamente le ofrecieron la versión en primera persona de cómo fue la llegada de los mismos hasta el agua, de como fue la intervención de los gendarmes marroquíes y la actuación de los agentes de la Guardia Civil. Y ahí mismo se produjo ese hecho anecdótico de como el ministro sacó su teléfono móvil e hizo una fotografía del lugar, imagen que ilustra nuestra portada del día de hoy.
El comisario de la frontera estaba en Estados Unidos
La amabilidad de los responsables de la Aduana marroquí fue extrema con el ministro del Interior. No tuvieron ningún problema en pasar a zona internacional para saludarle. Se disculparon porque el comisario de la frontera no había podido estar presente, debido a que se encontraba de viaje en Estados Unidos. Y es que ayer se vivió otra vez una nueva prueba de la luna de miel que actualmente se vive en las relaciones, a todos los niveles, entre España y Marruecos, dos países “condenados a entenderse” como dijo un diplomático español hace más de medio siglo.