Los guardias civiles y policías llevamos muchos años alertando al gobierno sobre la necesidad de reforzar las plantillas de las Fuerzas de Seguridad y los medios técnicos en la lucha contra el narcotráfico y las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas y personas. Son gentuza dispuesta a todo por conseguir dinero.
El jueves unos narcotraficantes arrebataron la vida del guardia civil Fermín Cabezas. Tres años antes el policía local Víctor Sánchez, perdió la vida al ser arrollado por otros narcotraficantes. Tampoco podemos olvidar al pequeño de seis años que perdió la vida cuando una narcolancha pasó por encima mientras se bañaba. Pero podemos contar por cientos las ocasiones que esta gentuza lanzan sus coches contra guardias civiles y policías.
La sociedad del Campo de Gibraltar lleva muchos años sufriendo la violencia de estas organizaciones y, por esa razón, lanzó un mensaje claro y directo al gobierno español: “SOCORRO LOS NARCOS DESTRUYEN NUESTRAS FAMILIAS Y A NUESTROS PUEBLOS”. Ese era en mensaje en las distintas concentraciones y manifestaciones de los ciudadanos decentes del Campo de Gibraltar. Socorro que vivimos atemorizados y hartos de tanta violencia. Hartos de tanta chulería y ostentación. Hartos y hastiados de la incapacidad del gobierno para acabar con estas organizaciones criminales. Hartos de que unos mafiosos echaran un pulso al Estado de Derecho.
En el mismo lado de la cuerda nos encontramos las Fuerzas de Seguridad del Estado. Hartos de contemplar desembarcos de narcos; de sufrir atentados, embestidas a coches policiales y de sufrir amenazas. Los narcos habían perdido el respeto a las Fuerzas de Seguridad llegando hasta liberar a un detenido cuando era conducido por una patrulla policial. Pensaban que tenían la ganada batalla, pero la realidad era bien distinta.
La presión de los ciudadanos decentes del Campo de Gibraltar provocó que se pusiera en marcha la ‘OPERACIÓN CANTAYA’. Guardias civiles y policías de todo el país fueron comisionados para acabar con estos narco-chulos que presumían de sus pases de drogas, que se publicitaban con videoclip bailando reguetón, enseñándonos sus mansiones y sus largas fiestas con jóvenes mujeres. Pronto comenzaron a divisar que el baile se había acabado, que sus parejas de bailes estarían detrás de las rejas de las prisiones cuando fueran puestos a disposición de la Autoridad Judicial.
La ‘OPERACIÓN CARTAYA’ ha descabezado muchas de estas organizaciones, pero no podemos bajar la guardia. Las estadísticas hablan por sí solas. Se acabó el baile, porque 2.758 personas vinculadas al narcotráfico fueron detenidas. Los narco-chulos comenzaban a quejarse en medios de comunicación, porque no podían vivir con un guardia civil detrás día y noche. Jueces, fiscales y Fuerzas de Seguridad del Estado habían ganado una gran batalla. Habían conseguido incautar miles de kilos de drogas, intervenir millones de euros, propiedades y comenzaban cientos de investigaciones de blanqueo de capitales.
AEGC participó en estas concentraciones ciudadanas contra el narcotráfico y pedimos en muchas ocasiones refuerzos de guardias civiles para acabar con estas organizaciones. Era nuestro deber como guardias civiles y nuestro deber como ciudadanos. También hemos reclamado el aumento de jueces y fiscales para luchar contra esta lacra social.
Esta misma semana jueces y fiscales reconocían que existe un atasco judicial para poder llevar los cientos de casos que han entrado en los tribunales. Procedimientos muy voluminosos con cientos de diligencias e investigaciones que realizar. Un atasco que fue advertido por AEGC, sabíamos que las operaciones policiales tenían que ir acompañadas de un aumento de jueces y fiscales para que puedan investigar con precisión a estas organizaciones, puedan investigar y arrebatar el patrimonio de estas mafias y evitar que las condenas se vean rebajadas por lo que jurídicamente se conoce como “dilaciones indebidas” por alargarse en el tiempo los juicios.
El jueves la sociedad del Campo de Gibraltar despedía a nuestro compañero Fermín Cabezas. Homenajeaban a un guardia civil que perdió su vida por su compromiso con la sociedad, luchando contra estas bandas criminales. Pero el mayor homenaje para Fermín será reforzar las plantillas de las Fuerzas de Seguridad, jueces y fiscales para que los ciudadanos y compañeros vivan en paz y seguros en nuestro país.
Se lo debemos a Fermín y a todos los que han perdido la vida luchando contra estas organizaciones.