AEGC alerta del descontrol en los pases de la frontera

Nacieron como una medida excepcional y se baraja que ya hay más de 7.000 en circulación. Se han localizado varios falsos que se venden hasta por 300 euros.

Nacieron como pases de favor. Una manera excepcional de facilitar la entrada de quienes los obtenían por el carril Schengen. Hoy esta medida se ha convertido en un auténtico descontrol. Fuentes de toda solvencia consultadas por El Faro cifran en más de 7.000 los pases que están circulando, portados incluso por ciudadanos a los que se les ha prohibido la entrada o directamente falsificados. Es decir, se da el caso de que hay marroquíes que se benefician de un pase directo cuando ni tan siquiera existe un control inicial de quien es su portador. Portan un documento firmado por el jefe del puesto fronterizo, con una autorización especial habiéndose desvirtuado por completo el matiz de ‘excepcional’ que en origen los marcaba. El descontrol es tal que hoy por hoy existe un auténtico ‘boom’ de este tipo de pases e incluso se sospecha de la existencia de pequeñas organizaciones dedicadas a su falsificación y posterior entrega.
La Asociación Española de la Guardia Civil, AEGC, reclama que se abran las oportunas investigaciones para clarificar este asunto, toda vez que detrás de este desfase puede haber una generación de actos delictivos a los que después se tienen que enfrentar guardias civiles y policias en el espacio fronterizo.
La Jefatura Superior es conocedora de estos hechos, sabe del incremento alocado de este tipo de pases de beneficio e incluso ha sido informada por canales oficiales de la existencia de una posible trama de falsificadores. “Hay casos de ciudadanos que tienen ese beneficio y que se les ha intervenido pases con validez de hasta tres años, un periodo excesivo que es imposible que sea otorgado de manera oficial”, denuncia la asociación. “Tenemos conocimiento de que hay delincuentes que disponen de esos pases, alborotadores y mujeres que ejercen la prostitución que disponen de ese pase de favor”, añade.
Estos datos los maneja la AEGC pero también debe conocerlos la Jefatura Superior puesto que han quedado plasmados en servicios que luego han sido notificados al juzgado de guardia correspondiente.
Un ejemplo ocurrido hace unas semanas. Agentes que tenían la encomienda del control de entrada de vehículos identificaron a un individuo que entraba en ciclomotor portando uno de estos pases de beneficio, lo que le permite entrar por el carril comunitario Schengen porque supuestamente debería tener un visto bueno especial del jefe de frontera. ¿Era realmente así? Ni mucho menos. El ciudadano en cuestión portaba un documento con validez de pase de hasta tres años, sin que, en realidad, el jefe de frontera que se lo avalaba le conociera o tuviera que ofrecerle esta facilidad por algo en concreto.
El individuo entraba así a diario sin tener derecho a ello, como muchos otros que han conseguido hacerlo convirtiendo el control sobre la frontera sur de Europa en una burla. ¿Qué se descubrió al final y de forma casual? Que esta persona había conseguido dicho pase previo pago de 60 euros a otro individuo encargado a su vez de venderlos. Es decir, representaba el último eslabón de una pequeña red encargada de falsificar y reutilizar pases para el pasillo Schengen. En su caso dijo haber abonado 60 euros, pero fuentes de toda solvencia consultadas por este periódico elevan incluso el pago a 300 euros, dependiendo la persona que lo esté reclamando.
¿Se sabe realmente quién dispone de estos pases, qué tipo de personas están beneficiándose de una vía de entrada que ha quedado totalmente descontrolada con el paso de los años?
Desde AEGC se considera que estos pases “deben ser para casos excepcionales, no para que unos marroquíes tengan más privilegios que otros para entrar a Ceuta y mucho menos por un año o más. El pasaporte es el documento que acredita entrar en nuestro país, el que todos los policías y guardias civiles pedimos para identificar a las personas y el que nos ofrece plenas garantías de identificación”, explica. La asociación advierte de que este tipo de documentos ofrece muchas posibilidades de falsificación porque, “en definitiva, es un folio con un sello que puede fácilmente ser escaneado e impreso y puede dar lugar a que accedan personas carentes de ningún tipo de documentación suplantando su identidad, cosa que con el pasaporte es más difícil”, añade.
El descontrol es tal que se ha detectado a personas que teniendo el pasaporte anulado disponían de este pase en vigor con vigencia de hasta tres años. Hay además casos de niños que también disponen de este documento y un buen número de trabajadoras del hogar que, en el caso de todas ellas, coincide un detalle común: no están aseguradas pero pueden cruzar de forma más ágil porque presentan este pase de ‘complacencia’ con validez incluso para varios años. Es decir, se está permitiendo incluso una ayuda en la entrada a quien carece de contrato. ¿Quién controla todo esto?

Documentos intervenidos hasta con tres años de validez

Ese tipo de pases habilita a quienes los portan a pasar de forma más ágil a la ciudad. La esencia de su puesta en funcionamiento venía marcada por la temporalidad. Se trataba de pases por circunstancias concretas, nunca un pase por validez de hasta tres años como se está encontrando. Además, se supone, sus portadores estaban más que controlados por la Policía. ¿Quién es capaz de hacerlo ahora con los más de 7.000 que, se calcula, existen? “No sabemos los requisitos que se exige para ser poseedor del mismo y no podemos valorar cómo y a quién se les da. Entendemos que si hay trabajadores marroquíes que trabajan en Ceuta y cotizan a la Seguridad Social, previa autorización de la Delegación o quien corresponda, pudieran tener un acceso más ágil por un carril que se habilite, pero este no es el caso”, señala la AEGC.