La Navidad es una época en la que familiares y amigos se regalan multitud de cosas los unos a los otros. Por lo general, esos regalos consisten en objetos materiales, pero muchas veces los vecinos de Ceuta buscan un obsequio más emocional como regalar mascotas com perros o gatos. Sobre esta cuestión, la Policía Nacional acaba de hacer un llamamiento a la responsabilidad.
En una publicación en su canal oficial en WhatsApp y en la red social X (antes Twitter), el Cuerpo señala que una mascota puede ser el regalo perfecto. Sin embargo, es muy importante tenerlo muy claro y no hacer un regalo así a la ligera, pues estamos hablando de seres vivos.
"Nunca un ser vivo puede ser un regalo. Que a una persona le gusten los perros no significa que pueda cuidar de uno. Porque tener un perro es mucho más que abrazarle o dormir en la cama con él. Tener un perro es hacer sacrificios de tiempo, energía, dinero y eso toda su vida", explican en un vídeo publicado también en TikTok.
"No son un juguete", dice rotundamente la Policía. Por desgracia, muchas de las mascotas que son regaladas en Navidad acaban siendo abandonadas poco después, porque las personas que la han recibido realmente no las querían, y se deshacen de ellas de mala manera y sin ningún miramiento.
"Cada año miles de perros son abandonados. En España la Ley de Bienestar Animal establece que el abandono en situación de riesgo es una infracción grave y puede estar sancionado con hasta 50.000 euros", remata la publicación de Policía Nacional.
¿Cuándo y cómo regalar mascotas?
Por lo tanto, antes de hacer un regalo así por Navidad conviene asegurarse de que la persona o personas tienen ganas de hacerse cargo de él, y también de que son lo suficientemente buenos y empáticos para tratar bien a la mascota y no hacer algo tan terrible como abandonarla.
"Por eso, cuando regalas un perro a otra persona le agregas una tremenda responsabilidad. Adoptar a un perro o cualquier otro animal siempre debe ir precedido por un periodo de reflexión donde se analizarán varios puntos para que la decisión final sea asumida por todos. Si adoptas un perro o un gato no hay marcha atrás, concluyen.