La
cafetería del Campus universitario, cerrada durante meses, ya tiene un nuevo adjudicatario por negociado sin publicidad. Después de la renuncia del último concesionario, el establecimiento
echó el cerrojo a la espera de una nueva licitación. Al tratarse de un proceso “de trámites largos”, desde la
UGR se tomó la decisión de efectuar un contrato durante esta espera.
“Se va a abrir pronto; en estos días”. Así lo señala María José Aznar, decana de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de la UGR en Ceuta, que estima que el local abrirá al público, probablemente, tras las vacaciones de Semana Santa, aunque podría incluso ocurrir antes. Todo dependerá del tiempo que el nuevo encargado necesite para obtener las mercancías, así como para darse de alta en el suministro de agua y luz. Aznar asegura que las instalaciones “están listas para su uso”. La UGR, antes de su concesión, se ha encargado de la limpieza en profundidad de la cafetería y de la cocina. Han sido dos las empresas interesadas en retomar el funcionamiento del establecimiento. Esta medida se ha adoptado para “cubrir el tiempo necesario antes de la licitación el servicio de cafetería”, ha explicado Aznar. Se estima que el nuevo proceso de licitación y adjudicación oscilará entre seis y ocho meses, periodo en el que estará, al fin, en funcionamiento tras meses de cierre. Esta adjudicación responde a una de las exigencias de los estudiantes
de la residencia, que señalaron a este periódico otras problemáticas que vivían dentro de las instalaciones. María José Aznar ha recordado la reclamación de la apertura de una nueva residencia, lo que la decana considera ya “una necesidad” ante el aumento de alumnos matriculados. Estudiantes que viven en las instalaciones ya trasladaron a este periódico que conocen a compañeros que tienen dificultades para encontrar un alquiler a un precio asequible para ellos y su imposibilidad para acceder a la residencia.
Aznar reitera que poner en marcha una nueva residencia no depende de la UGR, que aún “no se da el paso” y pide que “se ponga la primera piedra”. La decana ya señaló anteriormente que la ciudad requiere en este sentido “un equipamiento en condiciones para cubrir las necesidades de alojamiento de la comunidad universitaria”. El edificio cuenta actualmente con 38 habitaciones y con un servicio de nevera, microondas, lavadora y secadora en común.
La decana destacó que “se trata de una demanda que ya se ha trasladadoanto a la
Delegación del Gobierno como a la
Ciudad Autónoma, pero hasta ahora pese a la buena voluntad percibida no se ha concretado ningún paso adelante firme por parte del sector público o en colaboración con el privado”.