Quienes fueron compañeros de
Mª Ángeles, quienes trabajaron con ella o quienes simplemente convivieron en algún momento en su labor desempeñada en los
juzgados de Ceuta han compartido hoy un mismo sentimiento: el de dolor por la
pérdida, y de forma cruel, de su compañera a los 47 años de edad. Durante cinco minutos ha imperado el silencio y también las lágrimas a las puertas del Palacio de Justicia, en donde se han concentrado compañeros del servicio de notificaciones en donde trabajaba la ceutí además de otros miembros de la judicatura y abogados. Todos unidos para mostrar su repulsa por lo acontecido. Miguel Almedina ha hecho públicas unas emotivas palabras. Lo ha hecho como portavoz de todos sus compañeros. “En estos momentos tan difíciles, donde cuesta articular palabra, estamos aquí todos los compañeros y compañeras de Mari Ángeles, para despedirla. Un adiós doloroso, muy doloroso y muy injusto”, ha narrado Almedina. Todos han mostrado su “condena, rechazo, dolor y
consternación por este crimen machista, que ha segado la vida de una persona joven que se encontraba en la flor de la vida. Una excelente compañera, extraordinaria trabajadora y mejor persona”, ha resaltado poniendo voz al sentir de todos los compañeros.
“Desde aquí nuestro apoyo y condolencias a sus hijos y familiares y solo decirles que todos sus compañeros y compañeras esperamos que sus lágrimas por un dolor tan profundo vayan dejando paso con el tiempo a un sentimiento de orgullo, al comprobar el reconocimiento y agradecimiento de cuantos tuvimos la suerte de conocerla y de compartir con ella momentos en el trabajo”. Almedina ha pedido que se deje trabajar a la Policía Judicial y a los órganos judiciales competentes para conseguir que caiga todo el peso de la ley sobre el presunto autor del crimen.
El mensaje de sus compañeros del Servicio Común de Notificaciones
Sin duda uno de los momentos más emotivos ha sido cuando Almedina ha reproducido el mensaje dedicado por Javier, compañero del Servicio Común de Notificaciones y Embargos en donde durante los últimos años trabajó Mª Ángeles. “Mª Ángeles, seguro que cuando has llegado al cielo no has tenido que llamar para que te abran la puerta. En esta ocasión hubiera sido bueno no encontrar a nadie en ese ‘especial domicilio’, de esa forma hubieras dejado uno de nuestros avisos para volver a intentar hacer esta triste notificación dentro de muchos años. Lamentablemente no ha sido así, pues te han forzado a hacer ese viaje de una forma muy injusta. Te vamos a echar mucho de menos en el servicio común en particular y el resto de compañeros también. Hasta siempre compañera, no te olvidaremos nunca”. Toda la clase judicial se ha unido en el dolor compartido por la muerte de una persona a la que todos respetaban y apreciaban.