¿Deberán los vecinos de Ceuta cambiar el cargador de su móvil en 2025? La Comisión Europea ya lo avisó este pasado verano. El cargador USB-C pasará a ser el estándar para todos aquellos nuevos dispositivos electrónicos portátiles en la Unión Europea (UE) entre los que se incluyen las consolas de videojuegos portátiles, auriculares, altavoces portátiles, ratones, teclados, teléfonos móviles o los teclados.
Fecha límite: el 28 de diciembre de 2024. A partir de esta fecha, todos los teléfonos móviles y otros dispositivos que se vendan en la UE deberán incorporar un puerto de carga USB tipo C, que pasará a convertirse en cargador universal, según se establece en el Real Decreto 187/2016, de 6 de mayo, en respuesta a una directiva europea que busca reducir los residuos electrónicos y, de paso, ayudar al ahorro de los consumidores.
La medida entrará en vigor a partir del 28 de diciembre de 2024, tal y como estableció la Unión Europea en diciembre de 2022, cuando anunció por primera vez que todos los nuevos teléfonos vendidos dentro de la UE, incluidos los iPhones tendrían que usar puertos USB-C para la carga. Cabe destacar que esta normativa no afectará a los dispositivos que solo admitan la carga inálambrica.
En el caso de los ordenadores portátiles, el plazo para adaptarse a esta nueva normativa se traslada al 28 de abril de 2026, mientras que los relojes inteligentes y las pulseras de actividad quedan exentas de esta obligatoriedad por su tamaño y condiciones de uso.
De este modo, los consumidores podrán utilizar un único cargador para una variedad de aparatos electrónicos portátiles de formato pequeño y mediano de nueva adquisición.
Además, podrán decidir si quieren acompañar de un cargador el nuevo dispositivo que compren, una de las quejas más repetidas entre los compradores de iPhone. Para ello, la nueva norma exige que la información sobre el sistema de carga y la presencia o no de un cargador en el paquete del producto tendrá que indicarse mediante una etiqueta o un pictograma, tanto en el embalaje como en las instrucciones y, en el caso de venta a distancia, cerca de la indicación del precio.
La UE estima que los consumidores se ahorrarán hasta 250 millones de euros al año en compras innecesarias de estos aparatos, además del impacto positivo que tendrá para el medio ambiente, si se tiene en cuenta que los cargadores que terminan en el cubo de la basura o en un cajón equivalen a unas 11.000 toneladas de residuos electrónicos anuales en Europa.