El cierre de la frontera del Tarajal, que separa Ceuta de
Marruecos, ha llevado a que se habiliten fórmulas alternativas para intentar el tráfico de drogas. Una de ellas es el pase de hachís a través del vallado como, a la inversa, se busca la introducción de pastillas. Este miércoles la magistrada del
Juzgado de lo Penal número 1 ha dejado visto para sentencia el juicio seguido contra I.N., acusado precisamente de un delito contra la salud pública por su presunta relación con la droga -756 gramos repartidos en bloques- que la Guardia Civil intervino en una moto, cerca del antiguo paso del Biutz, en julio de 2021. El acusado, un antiguo morador de las naves del Tarajal que ahora reside en la Península, ha negado tener alguna relación con los hechos. En su declaración ha dicho que no conocía a la otra persona que fue detenida por la Benemérita esa madrugada y que sí asumió en instrucción el delito, aceptando de hecho una condena. Dice que estaba en las inmediaciones del polígono cuando
la Guardia Civil se acercó a él para identificarlo. Habían pasado las cuatro y volvía de la zona de Benítez en donde se buscaba la vida con algún trabajo. Dormía en el Tarajal cuando la Benemérita lo vinculó con la narcótica sustancia. Todo pasó tan rápido que ni siquiera recuerda los detalles pero asegura que no estaba introduciendo hachís en Ceuta. Quien fuera condenado por estos hechos ha prestado hoy declaración como testigo y lo ha hecho para exculpar a I.N., a quien ni siquiera conoce. Él sí que confesó su relación
con la introducción del hachís, habiéndosele encontrado dos teléfonos móviles en su poder y confirmando que se había acercado al lugar para recoger los bloques con la droga.
Declaraciones incriminatorias de la Guardia Civil
Varios agentes de la Guardia Civil han prestado declaración para, básicamente, incriminar al acusado, que se enfrenta a una pena de 1 año y 8 meses, amén del pago de una multa. Uno de los efectivos ha contado cómo se les alertó desde el COS sobre la presencia de dos sospechosos cerca de la valla. Uno, el de Ceuta, fue detenido en el momento en posesión de las llaves de la moto donde estaba el hachís; el otro sería localizado más tarde ya que se fugó de las naves y también se le relacionó con el delito. Los datos sobre características y vestimenta los conocieron de la central, lo que les condujo hacia ambos.
Fiscalía ha pedido pena de prisión al considerar que las excusas aportadas por el acusado eran incoherentes haciendo hincapié además en lo sospechoso de haberse marchado de las naves si nada tenía que ocultar. La Defensa, al contrario, ha pedido su absolución considerando que, existiendo una duda razonable, no se debe dictar condena.
Condena por quebrantamiento
Este mismo miércoles la magistrada del Penal 1 ha condenado a este acusado por otro delito distinto, este de quebrantamiento, fijando una condena de 12 meses multa con una cuota diaria de 5 euros. La misma puede ser sustituida por trabajos en beneficio de la comunidad. Todo ello porque pese a ser conocedor de que tenía una sentencia en su contra dictada por un Juzgado de Menores, que le obligaba a cumplir 6 meses de libertad vigilada, no acudió a las entrevistas concertadas por su educador. En agosto de 2019 dejó de atender estas citas a las que estaba obligado por ley, por lo que el área de menores dio parte del incumplimiento de la medida.