Le piden 3 años y 5 meses de prisión por robo con violencia. La víctima reconoce que estaba ebrio.
Las versiones contradictorias de la propia víctima dejaron ayer en duda lo que pudo ocurrir en la madrugada del 25 de septiembre de 2014. M.M.A. aseguró que el acusado, un vecino con el que mantiene una animadversión desde hace años, corroborada por su hermano, testigo en el juicio, le abordó por la espalda el día de los hechos y le robó las zapatillas, la gorra y 30 euros que llevaba encima. El procesado, de iniciales, A.A.A., negó en todo momento haberse encontrado con el denunciante aquella noche, sobre todo porque a las 03:00 horas estaba “durmiendo porque al día siguiente trabajaba como conserje”.
La víctima destacó en repetidas ocasiones la agresividad del “atraco” a pesar de que reconoció que iba “ebrio” aquella noche. “Recuerdo que me apretó fuerte (colocándose el brazo en el cuello) y no podía respirar”, afirmó ante la juez de lo Penal 1 de nuestra ciudad. Precisamente la magistrada inquirió al denunciante cómo podía ser que el acusado le pudiera agarrar con tal fuerza por la espalda cuando la propia víctima es “más fuerte físicamente” que el procesado. Éste no aclaró tal extremo y únicamente insistió en que no podía respirar y solo pudo gritar, no sin esfuerzo, para pedir ayuda a su hermano.
El acusado explicó que vio al denunciante aquella noche, sí, pero no a la hora que éste denuncia. Advirtió su presencia en un quiosco-bar en la barriada de Juan Carlos I y la propietaria del mismo le dijo que la supuesta víctima había bebido y no tenía dinero para pagar la cuenta. El procesado explicó a la juez que lo único que hizo fue hablar al día siguiente con la madre del testigo para explicarle lo ocurrido la noche anterior.
El tercero en discordia
El hermano de la víctima no pudo arrojar más claridad a los hechos denunciados. Primeramente justificó que suele acostarse tarde por las noches. Por eso, aquella madrugada estaba en la terraza y vio venir a su hermano acompañado del acusado hasta que se metieron en un callejón, donde les perdió de vista.
El hermano aseguró que escuchó a la víctima reclamar su presencia a gritos, a pesar de que estaba siendo agarrado por el cuello, y acudió en su ayuda.
Este testigo señaló que no vio la agresión en sí del acusado a su hermano, solamente le encontró en el suelo tirado y sin las zapatillas y la gorra que llevaba. Tampoco la hora a la que supuestamente su hermano fue agredido coincidió con la que éste señaló en el juicio de ayer.
El abogado defensor sostuvo que en el juicio de ayer no había pruebas de cargo sólidas como para dictar una sentencia condenatoria y sí absolutoria por las dudas sobre lo que ocurrió aquella noche. En base al principio ‘in dubio pro reo’, el letrado solicitó la absolución de su cliente. Por su parte, el Ministerio Fiscal pide para el procesado una pena de prisión de tres años y cinco meses por un delito de robo con violencia.
