Quemaduras de segundo grado, pinzamiento de nervio, trombosis y una posible amputación del pie. Esas son las consecuencias de lo que la hija de F.M.M considera una negligencia médica por parte del equipo de traumatología del Hospital Universitario de Ceuta.
Según ha explicado a El Faro de Ceuta, desde que se produjo la primera visita hospitalaria a causa de “una caída tonta”, todo ha sido una cadena de infortunios para su madre, una señora de 64 años, que lleva más de un año sin poder caminar.
En su relato, ha explicado que tras romperse el fémur cuando se cayó estando en su casa, acudieron al centro hospitalario donde le colocaron un fijador externo a fin de lograr la estabilización ósea. Esta intervención, que se realizó en septiembre de 2018, resultó muy dolorosa para la paciente, ya que a pesar de acudir a las revisiones periódicas, no llegó a surtir efecto en la fractura. No obstante, sí acarreó importantes molestias en F.M.M hasta el mes de junio de 2019, momento en que el equipo médico le retira el fijador para proponerle una segunda intervención. “Pasaban los meses y el hueso no mejoraba, los médicos solo me decían que tuviera paciencia pero ella no caminaba”, ha contado su hija.
Es en el mes de octubre cuando se produce la operación que consistió en un injerto de hueso y la colocación de una placa que lograría fijar, en principio, la fractura del fémur de esta paciente. Pero el relato de su hija dista mucho de las pretensiones médicas, días más tarde a la intervención, esta señora de 64 años seguía con dolores muy fuertes a lo que se sumaron varias quemaduras en los pies que no parecían tener explicación. “Primero dijeron que mi madre había acudido con esas quemaduras y después que seguramente habrían apoyado algún aparato encima durante la operación y se habría quemado”, alega este testimonio.
La situación de la paciente tras la operación se vuelve crítica hasta el punto de que es trasladada a Cádiz. “En el Puerta del Mar nos dijeron que tenía un trombo y un pinzamiento en el nervio, seguramente originado en la operación, y que una posible solución sería amputarle el pie”, explica. Desde ese momento, mediados del mes de octubre, la paciente es trasladada al centro hospitalario de Ceuta donde le suministran heparina, un anticoagulante y le realizan curas en las quemaduras. “Mi madre sigue sin mejorar y vivimos con el miedo de que pueda perder el pie”, lamenta su familiar.
Tal y como consta en la queja formulada, esta ceutí lleva 13 meses con el mismo problema, al que se han sumado otros como la inmovilidad de los dedos de los pies y las quemaduras en talones y empeine. Su familia lo atribuye a una negligencia médica, una sucesión de errores por parte del equipo de Traumatología que sigue sin ofrecer una solución a esta paciente que continúa hospitalizada. Además, han expresado sentir cierto desinterés por parte del equipo que realizó la operación, “no aparecen por ningún lado, me dicen que está de vacaciones”, ha contado.
Por su parte, desde el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria de Ceuta (Ingesa), han querido aclarar que ante cualquier cirugía mayor, existe un pequeño porcentaje de casos, entre el 1 y el 3% de pacientes, que puede incurrir en algún tipo de problema en la operación.
En el caso de F.M.M, han explicado que firmó un consentimiento expreso en que se cita que pueden existir complicaciones tras una intervención quirúrgica. Además, insisten en que todo el equipo de facultativos está haciendo “todo lo que está en sus manos” a fin de proporcionarle la mejor asistencia sanitaria posible.
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