Tres agentes de la Policía Nacional resultaron heridos en la barriada del Príncipe tras un lanzamiento masivo de piedras, ladrillos y material de construcción. Se pudo detener a una persona, pero el resultado no es para nada favorable al respeto mínimo que se debe tener a una fuerza de seguridad que está para ayudar.
Los policías no son los enemigos, al contrario, son quienes han llevado a cabo una operación de envergadura en la barriada que terminó con la detención de aquellas personas que habían tomado el control del Príncipe sembrando además el miedo.
Aquel trabajo duro y complicado costó tiempo, pero se lograron buenos resultados. El vecindario quiere paz, por eso no se puede permitir que quienes buscan siempre generar revuelo tomen el mando para organizar algaradas como la de la pasada madrugada y provocar incidentes de gravedad.
A los policías se les arrojó piedras, ladrillos, adoquines, material de construcción desde azoteas. Tres resultaron heridos, pero el resultado pudo ser aún mucho más grave. La Jefatura Superior ha indicado que se adoptará un plan especial de vigilancia para que la barriada no se pierda, evitando altercados y la quiebra de la convivencia.
De todos depende que quienes quieren vivir al margen de la ley sean cada vez menos y los que buscan la paz y saben qué deben respetar ocupen el espacio que deben.